Esquema   Reconstrucción histórica

La historia griega de Bactriana comienza con la llegada de Alejandro Magno a la región en 330 a.C. Allí castigó a los asesinos de Darío, exploró las regiones vecinas, estableció alianzas con príncipes locales, sometió a los rebeldes, dejó guarniciones y fundó nuevas ciudades con su propio nombre. Tres años más tarde el conquistador macedonio abandonó Bactriana para marchar hacia la India. Tras hacerse con los dominios asiáticos del antiguo imperio de Alejandro, en 305 a.C. Seleuco I estableció una alianza con el soberano indio Chandragupta Maurya y le entregó sus territorios más orientales, incluida la mayor parte de Afganistán al sur del Hindu Kush. Gracias a las campañas militares emprendidas y a la actividad como virrey de Antíoco, hijo de Seleuco, Bactriana permaneció bajo el dominio seléucida. La historia de la Bactriana griega independiente comienza cuando su gobernador Diodoto se desliga del poder de Antioquía y se proclama rey. Las fuentes literarias (Justin. XLI 4, 5; Str. XI 9, 2; XV 1, 3) sitúan este hecho poco después de la victoria de los partos sobre Andrágoras, sátrapa también rebelde, que tiene lugar tras la derrota de Seleuco II por los gálatas durante la denominada Guerra Fratricida. En una situación incierta marcada por la muerte de Antíoco II, la invasión lágida de Siria y el aislamiento respecto del poder central impuesto por los partos, Diodoto adopta su decisión enfrentado a la alternativa de asegurar su satrapía frente a los vecinos nómadas o someterse a un monarca lejano que sólo exige tributos y permanece ajeno a las necesidades de la región. El progresivo alejamiento respecto del poder seléucida se refleja en las diferentes series acuñadas mediante la introducción del propio retrato de Diodoto en lugar de la efigie de Antíoco II, la sustitución de la figura de Apolo utilizada como tipo seléucida de reverso por la de Zeus arrojando el rayo (tipo parlante, pues "Diodotos" significa "regalo de Zeus") y finalmente la adopción en las leyendas del título real y del epíteto "Salvador". Todo ello nos situaría hacia 239/238 a.C., aunque otros autores prefieren una fecha algo anterior.

Tetradracma de plata de Diodoto: aunque conserva la leyenda seléucida BASILEUS ANTIOCHOU, ya ha incorporado su propio retrato y el tipo de Zeus. Imagen extraída de www.wildwinds.com/coins/greece/baktria/i.html

Según las fuentes literarias (Justin. XLI 4, 8-9), a Diodoto I le sucedió su hijo del mismo nombre. Según algunos autores, las monedas mostrarían la diferencia entre ambos atribuyendo la efigie de mayor edad al primero y la más joven a este Diodoto II: ello demostraría que el padre ya había sido sátrapa bajo los seléucidas durante largo tiempo, mientras que el hijo, representado en las monedas únicamente como joven, habría disfrutado de un corto reinado. Lo único que se sabe de él es que llegó a una alianza con los partos -posiblemente ante el temor a una ofensiva dirigida por Seleuco II para recuperar sus dominios más orientales- y que fue derrocado por Eutidemo quizá hacia 230 a.C.

Tetradracma de plata de Eutidemo I (finales del siglo III a.C.). En el reverso, Heracles sentado.=Imagen extraída de www.historicalcoins.com

Eutidemo de Magnesia (seguramente Magnesia de Sipylo, en Lidia) es el verdadero creador del estado grecobactriano, y sus descendientes cruzarán el Hindu-Kush y conquistarán el norte de la India. Su poder sin duda se halla bien asentado cuando en 208 llega a la región el monarca seléucida Antíoco III en su expedición por Asia. Tras una primera derrota ante él (Plb. X 49), Eutidemo se retira a su capital, Bactra, donde soporta un asedio de dos años (Plb. XI 34, 1-11; XXIX 12, 8). Finalmente, impulsados por el peligro de una invasión de los vecinos nómadas, ambos llegan a un acuerdo: Antíoco reconoce a Eutidemo como rey de Bactriana, concluye con él una alianza y promete a una de sus hijas en matrimonio con Demetrio, hijo de Eutidemo; por su parte, Eutidemo entrega al monarca seléucida elefantes de guerra y víveres. La solución resulta extremadamente ventajosa para quien pasa de rebelde y usurpador a soberano legítimo reconocido. En cuanto a la extensión real de sus dominios, por el oeste incluirían la región de Ariana -pues aguardó la llegada de Antíoco junto al río Ario (actual Hari rud)-, mientras que por el este posiblemente se extendió hacia el Turquestán chino. Por lo que respecta a sus abundantes acuñaciones, Eutidemo sustituye el tipo de reverso de Zeus de los Diodótidas por el de Heracles sentado, mientras que la evolución del retrato que figura sobre sus monedas, desde la juventud hasta una edad avanzada, permite atribuirle reinado de cierta duración.

A Eutidemo le sucedería hacia 200 a.C. su hijo Demetrio, el mismo que menciona Polibio. Aunque la existencia en Arachosia de una ciudad llamada Demetríade (Isid. Char. 19) sugiere una expansión de sus dominios hacia occidente, este soberano adquirió fama como conquistador de la India aprovechando la desintegración del Imperio Maurya (Str. XI 11, 1-2). Por esta razón, y al igual que antes lo hiciera Alejandro, el retrato de Demetrio aparece en sus acuñaciones tocado con la piel de elefante. Los diversos autores no se ponen de acuerdo sobre la parte de la India que dominó de manera efectiva. Sin duda conquistó Taxila, y desde allí avanzó hacia el sur y el sureste hasta alcanzar la ciudad de Pataliputra en el Ganges, tal como narra el texto indio titulado "Yuga-purana". Sin embargo, ésta sería más una expedición militar que una conquista real, e incluso pudo estar dirigida por un segundo Demetrio, "rey de los indios" (Justin. XLI 6, 4), el primer soberano griego que acuñó moneda con leyenda bilingüe greco-india. Precisamente esas mismas fuentes indias señalan que los Yavanas se vieron obligados a volver a su patria a causa del estallido de una guerra civil, tal vez la provocada por la usurpación del trono por parte de Eucrátides. En este punto se plantea una cuestión fundamental. Durante el período de tiempo que transcurre entre Eutidemo y Eucrátides -correspondiente aproximadamente al primer tercio del siglo II a.C.- contamos con acuñaciones de varios soberanos griegos además del citado Demetrio. Se ha buscado la explicación en la posible existencia de cierto sistema político, administrativo y militar introducido por Demetrio -o tal vez ya antes por Eutidemo- en función de la cual un hijo del soberano reinante podría gobernar un determinado territorio como virrey con derecho de acuñar moneda con su propio nombre. De este modo, la hipótesis según la cual reyes, príncipes e incluso generales de su ejército se habrían distribuido por todo el reino, ayuda a comprender la variedad de acuñaciones existente entre Eutidemo y Eucrátides y relacionar entre sí las emitidas entretanto por Demetrio I, Eutidemo II, Demetrio II, Pantaleón, Agatocles y Antímaco. Sin embargo, los diversos autores no se ponen de acuerdo en cuanto a la relación entre cada uno de ellos con Eutidemo y Demetrio, y formulan hipótesis diferentes que los identifican como parientes suyos o como sátrapas rebeldes en función de criterios tales como la identificación de los tipos de reverso con emblemas dinásticos, los epítetos adoptados por cada soberano, la presencia de unos mismos monogramas u otros diferentes, el hecho de acuñar moneda con de leyenda únicamente griega o bien bilingüe, el lugar de hallazgo de los depósitos monetales, los elementos añadidos al retrato (cabeza descubierta, empleo de un determinado tocado) e incluso un supuesto parecido entre las efigies representadas.

Tetradracma de plata de Agatocles (primer tercio del siglo II a.C.). En el
reverso, Zeus Hecatéforo. Imagen extraída de www.historicalcoins.com

Sólo en dos ocasiones resulta evidente la existencia de una vinculación, real o ficticia, entre los diferentes soberanos. Por una parte, Agatocles emite varias series denominadas "conmemorativas" en las que figura su nombre y sus títulos junto al retrato, los títulos y los tipos de Pantaleón -tal vez un hermano suyo al que habría sucedido, vistas las numerosas coincidencias existentes entre las acuñaciones de uno y otro: lugares de hallazgo, tipos utilizados, leyendas en escritura brahmi, empleo de níquel, monogramas-, de Demetrio y de Eutidemo, pero también de Diodoto, de Antíoco II y del mismísimo Alejandro, que aparece tocado con la piel de león.

 Tetradracma de plata de Antímaco (primera mitad del siglo II a.C.). En el
reverso, Poseidón con tridente y palma. Imagen extraída de
www.historicalcoins.com

Asimismo, Antímaco -el primer soberano griego que acuñó moneda de forma cuadrangular o rectangular, según la costumbre india- homenajea de igual modo a sus predecesores Diodoto y Eutidemo, aunque el novedoso tipo de reverso de Poseidón que figura en su monedas no permite relacionar a este soberano con ningún otro. Con todo, los diferentes autores discrepan acerca de si tales proclamaciones de legitimidad responden a una auténtica vinculación con la casa de Eutidemo o más bien a una estrategia propagandística frente al usurpador Eucrátides. Pero dado que la única moneda de Agatocles que homenajea a Pantaleón fue descubierta hace apenas treinta años, queda abierta la posibilidad de que se produzcan nuevos hallazgos relativos a otros soberanos.

Tetradracma de plata de Eucrátides en la que homenajea a Heliocles y
Laódice (hacia 165 a.C.)=Imagen extraída de www.historicalcoins.com

 Las teorías propuestas acerca de Eucrátides hacen de él un sátrapa rebelde e incluso un agente de los Seléucidas, pues en sus acuñaciones utiliza el tipo de los Dioscuros que en ocasiones utilizaba dicha dinastía. Lo cierto es que consiguió desplazar a los Eutidémidas del poder y conquistó buena parte de los dominios griegos en la Bactriana griega y algunos de los situados en la India posiblemente frente a Demetrio II (Justin. XLI 6, 1-5; Str. XV 1, 3). El inicio de su rebelión podría situarse hacia 171/170 a.C. por ser contemporáneo del ascenso de Mitrídates I de Partia (Justin. XLI 6, 1-5), y su victoria final hacia 167-165, ya que sus emisiones con el mismo tipo de los Dioscuros y el epíteto "Megas" ("el grande") fueron imitadas por Timarco, sátrapa de Media que se rebela contra los seléucidas y fecha sus acuñaciones en 162 a.C. La adopción de un epíteto tan ampuloso y la acuñación en oro de una magnífica pieza de veinte estáteras parecen reflejar la victoria definitiva de Eucrátides sobre sus adversarios, pero la noticia de guerras continuas con otros griegos -tal vez Agatocles y Antímaco- y con los partos proporcionadas por las fuentes literarias grecolatinas (Justin. XLI 6, 1-5; Str. XI 9, 2; XV 1, 3) convierte semejantes demostraciones en poco más que una expresión de la ambición del usurpador y de sus esfuerzos por competir con las ya citadas emisiones "conmemorativas" de sus rivales. A su vuelta a Bactriana, Eucrátides muere asesinado por un hijo suyo de nombre desconocido al que había asociado al trono y que pasa sobre su cadáver con un carro (Justin. XLI 6, 5). Se ha querido identificar al hijo parricida con Platón porque éste acuñó con el tipo de Helios conduciendo una cuadriga y adopta el epíteto "Epiphanes": aunque el argumento parezca un tanto fantasioso, podemos recordar los famosos y despiadados denarios acuñados por Bruto tras la muerte de César en los que figuran dos puñales sobre la leyenda EID MAR, esto es, "en los Idus de marzo". Las escasas emisiones de Platón sugieren además un reinado muy corto, y tal vez fuese derrotado por otro hijo de Eucrátides, Heliocles, que por haber vengado a su padre habría adoptado en sus monedas el título "Filópator". La consideración de Heliocles como hijo de Eucrátides se basa en una moneda que este último acuña en homenaje a una pareja que figura en el reverso, Heliocles y Laódice, cuyo componente masculino podría ser el padre o tal vez el hijo de Eucrátides. De cualquier modo, la misma costumbre griega de dar al hijo el nombre del abuelo permitiría considerar a un segundo Eucrátides como hijo y sucesor de Heliocles si es que éste lo fue de Eucrátides. Lo poco que se conoce sobre el final del dominio griego sobre Bactriana procede de los escritos históricos chinos basados en el informe redactado por Chang Ch'ien (Zhang Qian según la transcripción Pinyin), general chino enviado a las tierras occidentales entre 138 y 126 a.C. por el emperador Wu-Ti, de la dinastía Han, para conseguir la alianza con los Yüeh-chih y actuar juntos contra la amenaza común de los Hsiung-nu (hunos). En ellos se recuerda cómo los nómadas Yüeh-chih, presionados por los Hsiung-nu, llegaron desde la frontera china en Asia Central hasta las regiones situadas al norte del río Oxus hacia 140 a.C. y empujaron a su vez a poblaciones escitas denominadas Sai-wang hacia el oeste, donde sabemos que dos soberanos partos, Fraates II y Artabano II, murieron combatiendo contra ellas. Durante quince años no habrá más noticias de Bactriana que las numerosas acuñaciones locales que imitan las monedas de Eucrátides y, sobre todo, de Heliocles. Finalmente, siempre según el informe de Chang Ch'ien, hacia 128/126 a.C. Bactriana estaba dominada por los Yüeh-chih: denominada con el nombre "Ta-Hsia" que los chinos habían aplicado tradicionalmente al Occidente lejano y mítico, la región era descrita como un país de pequeñas ciudades amuralladas, sin gobierno central y posiblemente tributarias de los nómadas. Estos Yüeh-chih de las fuentes chinas serían los "asios, pasianos, tocarios y sacaraulios" mencionados por Estrabón (Str. XI 8, 2, citando a Apolodoro de Artemita) y que Justino-Trogo describe como "pueblos de la Escitia, sacaraucas y asianos" (Prólogo del libro XLI de Pompeyo Trogo). Pero a pesar del retorno de Eucrátides a Bactriana, continuaba existiendo un dominio helénico en la India. A mediados del siglo II a.C. destaca en este marco la figura de Menandro, el más famoso de los reyes Yavana, inmortalizado en el "Milindapanha" y cuya memoria se asocia con el budismo de igual modo que antes el monarca indio Ashoka y más tarde el kushana Kanishka. Diferentes autores lo han querido relacionar con Demetrio o con Agatocles sobre la base de considerar como su esposa a cierta Agatocleia que habría sido hija del primero o del segundo. 

Los autores occidentales se hicieron eco sus conquistas ("Prólogo" del libro XLI de Pompeyo Trogo; Str. XI 11, 1-2; Peripl. M. Erythr. 47), con las que habría extendido sus dominios sobre buena parte de los territorios actuales de Afganistán y Pakistán apoyándose posiblemente en virreyes y gobernadores como Apolodoto (¿su hermano? ¿su hijo?), al modo de los Eutidémidas. 

Tetradracma bilingüe de plata de Menandro (mediados del siglo II a.C.)

Sus acuñaciones son muy abundantes y variadas. Entre los tipos utilizados predomina la imagen de Atenea blandiendo el rayo. A menudo sus monedas incluyen, además de monogramas, letras griegas sueltas que podrían representar años de reinado o marcas de valor. En ellas porta con los epítetos "Sóter" ("Salvador") y "Dikaios" ("Justo"). Dado que este último figura en las acuñaciones con leyenda india traducido como "Dhramika", "Aquél que regula la vida según el Dharma" (esto es, la Ley budista), y que uno de los tipos que figuran en sus bronces representa lo que se denomina "Dharma-chakra", la "Rueda de la Ley" budista, algunos autores han considerado que dicho epíteto habría sustituido a "Sóter" tras la conversión de Menandro al budismo de la que habla el "Milindapanha". 

Sin embargo, son varios los monarcas griegos que adoptan este epíteto indio, y otros autores ven en esta doble titulación a dos soberanos homónimos, Menandro I Sóter y Menandro II Dikaios. Asimismo sus emisiones muestran la evolución de su retrato desde la juventud hasta una mediana edad ya avanzada. Según las fuentes budistas Menandro dejó el reino en manos de su hijo y se retiró de la vida mundana, pero Plutarco afirma que murió en el campo de batalla (Plu., Praec. ger. reip. 29 [Mor. 821 d-e]). En ese mismo pasaje el autor griego describe los funerales de Menandro de un modo que pueden interpretarse como una imitación de los ritos que honraban al propio Buda: si a la muerte de éste, ocho clanes principescos se disputaron sus cenizas y las enterraron bajo ocho túmulos en diferentes lugares, las exequias del soberano indogriego incluyeron el reparto de las reliquias y la erección de estupas, monumento funerario de peregrinación concebido en el siglo III a.C. por Ashoka como símbolo del paranirvana de Buda (el estado puro de perfección alcanzado con la desintegración del cuerpo humano tras la muerte), que guarda o simplemente señala el lugar donde había sido enterrada alguna reliquia budista, generalmente cenizas procedentes de la incineración de algún personaje santo, pero también objetos rituales famosos o imágenes de culto consideradas milagrosas. 

A partir de este momento todo son conjeturas, y ninguna hipótesis termina por imponerse a las demás. Sirva un ejemplo: unos autores consideran que a Menandro le habría sucedido su esposa Agatocleia como regente durante la minoría de edad del hijo de ambos, Estratón, pues madre e hijo figuran juntos en algunas emisiones; pero otros ven en Estratón al hijo de Agatocleia y Apolodoto; e incluso los hay que piensan en Estratón y Agatocleia como marido y mujer. La cronología y la localización geográfica de los soberanos indogriegos posteriores a Menandro constituyen un problema extraordinariamente complejo en cuya solución se intenta combinar toda la información disponible, desde la distribución geográfica de los hallazgos hasta la interpretación de los motivos iconográficos utilizados por cada soberano, pasando por el estudio de los monogramas, las sobreacuñaciones, etc. 

Con todo, mayores dificultades plantea todavía la ubicación de estos personajes en su propio marco histórico: las monedas y su contexto aportan una información importantísima, pero la ausencia de fuentes literarias que puedan actuar como puntos de referencia en torno a los cuales disponer dicha información -tal como se había hecho hasta ese momento- impide ir más allá de la elaboración de meras hipótesis a la hora de intentar reconstruir la historia de esta región desde el último tercio del siglo II a.C. hasta mediados o finales del I a.C., si bien algún autor prolonga la independencia de los griegos en la India hasta comienzos del siglo I d.C. (tal como propone Bopearachchi). Así, junto a Antialcidas, mencionado en el pilar de Besnagar, las monedas -sobre todo bilingües, pero también algunas con leyenda exclusivamente griega- nos presentan a un numeroso grupo de soberanos de los que nada sabemos, como Amyntas (que acuña la moneda de plata más grande de toda la Antigüedad, con casi 70 mm de diámetro), Apolofanes, Arquebio, Artemidoro, Diomedes, Dionisio, Epandro, Estratón, Filoxeno, Hermaios, Hipostrato, Lisias, Nicias, Peucolao, Polyxeno, Télefo, Teófilo, Thrasón y Zoilo, sin contar los posibles casos de homonimia. Ante esta situación, parece evidente que los soberanos que suceden a Heliocles I en Bactriana y a Menandro en la India no pueden ser interpretados en el seno de una sola dinastía que gobernase un extenso dominio unificado: antes bien, resulta preferible pensar en la existencia de cierto número de reinos contemporáneos entre sí, en cada uno de los cuales reyes y virreyes habrían gobernado de manera conjunta en unas condiciones presididas por la rivalidad, la confusión y la guerra civil. Por último, las invasiones de los denominados indoescitas e indopartos desde el suroeste a partir del último cuarto del siglo II a.C., y posteriormente de los kushanas (de "Kuei-shang", el clan dominante entre los Yüeh-chih) desde Bactriana pondrán fin a la historia de los dominios griegos en la India. Desde los territorios del Hindu Kush, Hermaios parece haber sido el último rey griego, pues son sus monedas las imitadas por los soberanos kushanas, escitas y partos que sustituyen a los griegos en el gobierno de estas regiones -con los mismos tipos, epítetos e incluso monogramas-, reclamando tal vez así la legitimidad de su recién adquirida posición.

Reconstrucción histórica - Bibliografía: Estudios de conjunto: W. W. TARN, The Greeks in Bactria and India, Nueva Delhi, 1980 (Cambridge, 1951; 1ª ed. 1938). A. K. NARAIN, The Indo-Greeks, Nueva Delhi, 1980 (Oxford, 1957). R. N. FRYE, The history of Ancient Iran, Munich, 1984, cap. VII: "Greco-Bactrians, Sakas and Parthians", 177-204. A. K. NARAIN, "The Greeks of Bactria and India", The Cambridge Ancient History, vol. VIII, Cambridge, 1989 (1984), 388-421. Aportaciones recientes: F. L. HOLT, Thundering Zeus. The Making of Hellenistic Bactria, Berkeley-Los Angeles-Londres, 1999. H. SIDKY, The Greek kingdom of Bactria. From Alexander to Eucratides the Great, Lanham (Maryland), 2000. Una síntesis en castellano: P. LÉVÊQUE, "Los reinos del Lejano Oriente", en R. BIANCHI BANDINELLI (dir.), Historia y civilización de los Griegos, VII. La sociedad helenística. Marco político, Barcelona, 1984 (Milán, 1977), 219-231.

Páginas web de interés: www.grifterrec.com/coins/indogreek/indogreek.html

www.med.unc.edu/~nupam/greek1.html

www.wildwinds.com/coins/greece/baktria/i.html

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