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Los núcleos de resistencia al Islam en la Península Ibérica

Luis A. Ortega Ruiz

Descripción

Mapa de la Península Ibérica en el siglo VIII-IX, donde se representan los diferentes territorios cristianos ( Reino Astur-Leonés, Condado de Castilla, Reino de Navarra, Condado de Aragón y Condados Catalanes), que se consolidaron como entidades políticas frente a los musulmanes que habían conquistado y destruido el Reino Visigodo de Toledo.

Documento

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Comentario

El punto de partida es la Conquista musulmana en medio de la crisis del mundo visigodo y en pleno auge del avance islámico: en el 711 los musulmanes desembarcan en la península y ya en el 718 han llegado hasta Pamplona. Todo el territorio peninsular queda bajo el poder musulmán, aunque no con la misma intensidad.

En la cuenca del Duero, que desde época visigoda presenta una baja densidad de población y una mala organización política, el poder musulmán se ejerció por los beréberes que lo abandonaron antes del 750 cuando se produjo un levantamiento general beréber en el Norte de Africa. Sin embargo, en el valle del Ebro el asentamiento musulmán estará consolidado y el poder político de Córdoba tendrá una materialización formal en los Banu Qasi (familia muladí muy poderosa, descendientes de un conde visigodo convertido al Islam).

En la franja norte correspondiente a la cordillera Cantábrica y al Pirineo, territorios de los astures, cántabros y vascones, la conquista musulmana no supone una ocupación efectiva y total del territorio, sino un control de los centros claves de la administración y del poder - ciudades generalmente - que antes estaban en manos de los visigodos. Por ello, en la cordillera cantábrica los musulmanes difícilmente imponían tributos que sólo con la presión militar podían cobrar. Esta situación nos permite comprender escaramuzas militares del estilo de la famosa "batalla" de Covadonga (722).

Por otra parte, para comprender el fenómeno de expansión de los pueblos de la montaña frente al Islam, hay que tener en cuenta dos hechos fundamentales: uno, que la resistencia que astures, cántabros y vascones ofrecieron al Islam no se diferencia mucho del rechazo que éstos tuvieron frente a los romanos y visigodos. Y dos, que existía diferente grado de desarrollo socio-económico y político entre astures, cántabros, vascones y pueblos del Pirineo. Estos dos elementos más el hecho de actuar en escenarios diferentes son imprescindibles para explicar el proceso diferenciador en el desarrollo y en la consolidación de los futuros territorios hispánicos.