Los retratos de los soberanos que acuñan moneda aparecen fundamentalmente
en los anversos de sus acuñaciones de oro y plata. Conocemos los retratos
de casi todos los monarcas de los que tenemos noticia. Sólo dos de ellos,
Antímaco II y Télefo, no exhiben el suyo en las emisiones conservadas, si
bien es posible que esta situación cambie con el hallazgo de nuevos
ejemplares, tal como ocurrió en 1973 en el caso de Apolodoto I.
Como norma general, el retrato representa a un solo individuo, figura
únicamente en el anverso de la moneda y, excepto en las piezas bilingües,
nunca figura acompañado por una leyenda. Sin embargo, como se verá en el
apartado correspondiente, en algunos casos aparecen dobles retratos sobre
una de las caras, y algunas de las acuñaciones denominadas "conmemorativas"
exhiben simultáneamente retratos y leyendas sobre el anverso y sobre el
reverso de una misma pieza.
Los retratos consisten al principio en cabezas y más tarde en bustos con manto abrochado. Unas y otros aparecen de perfil mirando siempre hacia la derecha, excepto cuando se trata de bustos que figuran de espaldas arrojando una jabalina (así algunos de Eucrátides I, Menandro, Estratón I, Heliocles II, Filoxeno, Lisias, Antialcidas, Arquebio, Diomedes y Amintas), todos los cuales miran hacia la izquierda y pueden mostrar en ocasiones los hombros desnudos o un hombro desnudo y el otro cubierto por un manto o por la égida, atributo de la divinidad.
Con la única excepción de los que figuran sobre algunas emisiones acuñadas por Estratón I y por Heliocles II, los retratos siempre son imberbes. Todos los soberanos ciñen sus cabellos con la diadema, símbolo de la realeza. Aunque a menudo sólo exhiben la diadema, a partir de Eucrátides I la mayoría aparecen también con el casco de caballería, simple o adornado con cuerno de toro y oreja de caballo, símbolos de la divinidad, pero siempre con cimera y en algunas ocasiones cubierto por la piel moteada del leopardo (Heliocles I, Menandro, Arquebio); con la causía, el sombrero tradicional macedónico (Antímaco I, Apolodoto I, Demetrio II o III, Lisias, Antialcidas, Amintas); o tocados con la piel de elefante, a la manera de Alejandro como conquistador de la India, con las defensas y la trompa salientes hacia adelante y las orejas colgando por detrás (Demetrio I, Demetrio II o III y Lisias). Los retratos de espaldas que arrojan la jabalina sólo aparecen descubiertos o con casco, nunca con causía ni con el tocado de elefante.
Aunque no se trata de un retrato propiamente dicho, el tipo del jinete con casco y coraza montado sobre un caballo que levanta sus patas delanteras ha sido interpretado a menudo como la representación ecuestre del monarca que realiza la emisión, ya que en ocasiones resutan identificables los extremos de la diadema agitados por el viento. Este motivo aparece en las acuñaciones de algunos soberanos indogriegos, tanto en plata como en bronce y lo mismo sobre piezas bilingües que sobre otras cuya única leyenda figura en lengua y escritura griegas. Generalmente ocupa el reverso, tanto si en el anverso aparece el retrato del soberano (así en las emisiones de Menandro, Filoxeno, Nicias, Apolodoto II, Hipostrato y de Hermaios lo mismo en solitario que con su esposa Calíope) como si lo hace cualquier otro tipo (con Antímaco II, cuya efigie desconocemos). Sin embargo, en algunas series acuñadas por Hermaios figura sobre el anverso. Precisamente a propósito de las acuñaciones de este soberano se ha apuntado la hipótesis según la cual el jinete sin casco ni coraza y con una túnica corta que figura sobre algunas dracmas no representaría a un hombre sino a una mujer, una amazona que ha sido identificada con la reina Calíope, cuyo retrato aparece junto al de Hermaios en algunas series de plata.
También como retrato del soberano ha sido identificada la figura masculina armada con casco, lanza escudo que aparece en el anverso de ciertos bronces bilingües de Menandro y en los reversos de dos emisiones de plata acuñadas respectivamente por Agatocleia en su propio nombre y por Nicias (éste con palma), en cuyos anversos figura el retrato de cada uno de estos soberanos, mientras que en el caso de Agatocleia se ha apuntado la posibilidad de que el guerrero fuese su esposo Menandro o bien su hijo Estratón I. Asimismo, algunos bronces bilingües cuadrados acuñados por Télefo (otro soberano cuyo retrato desconocemos) exhiben en el reverso una figura masculina con lanza al hombro, y otra figura masculina inidentificable aparece de frente en el anverso de ciertos bronces de Artemidoro, así como en el reverso de otros acuñados por Zoilo II cuya única leyenda figura en escritura jaroshti.
1.2. Retratos sobre monedas grecobactrianas. índice del capítulo