1. 2. Retratos sobre monedas grecobactrianas

Los primeros retratos grecobactrianos son los de Diodoto I y su hijo Diodoto II, pero la identificación exacta de uno y otro ha sido muy discutida en función de la atribución de las diversas series al padre o al hijo. Algunos autores han atribuido al primero las monedas acuñadas en nombre de Antíoco II con la leyenda BASILEOS ANTIOCHOU, "del rey Antíoco", y al segundo aquellas otras emitidas en nombre de Diodoto como soberano independiente y con el rótulo BASILEOS DIODOTOU, "del rey Diodoto" (Gardner, Lahiri), y, en consecuencia, han querido ver en los retratos del primer grupo a Diodoto I y en los del segundo a Diodoto II. Sin embargo, otros consideran que el padre acuñó todas las monedas en las que aparece el nombre del soberano seléucida y parte de aquéllas en las que figura el nombre de Diodoto (Newell, Tarn), mientras que un tercer grupo de estudiosos defiende que ambos, padre e hijo, acuñaron tanto en nombre de Antíoco II como en el propio (Narain, Mitchiner), e incluso hay quien atribuye todas estas emisiones, seléucidas e independientes, a uno solo de los Diodotos, trátese del hijo (MacDonald) o del padre (Wolski, para quien todas las monedas de Diodoto II habrían sido reacuñadas por Eutidemo I, hipótesis ésta muy improbable). Lo cierto es que tanto las monedas cuyos reversos muestran todavía la leyenda BASILEOS ANTIOCHOU como aquellas otras en las que ya figura el rótulo BASILEOS DIODOTOU exhiben dos tipos de retrato diferentes, uno joven y otro de mayor edad. El estudio de la sucesión de monogramas -ausentes de las primeras series pero numerosos en las últimas- confirma que las piezas acuñadas en nombre del monarca seléucida son cronológicamente anteriores a las que portan el nombre de Diodoto, pero también evidencia que las que exhiben el retrato de mayor edad preceden en el tiempo a las que muestran al más joven. A partir de ahí, recientemente (1999) F. L. Holt ha intentado resolver la cuestión planteando una hipótesis según la cual los dos Diodotos habrían acuñado moneda en nombre de Antíoco II, el primero como gobernador cada vez más independiente y, más tarde, el segundo como vicegobernador de su padre, mientras que todas las emisiones que exhiben el nombre de Diodoto habrían sido acuñadas tras la muerte del gobernador seléucida por su hijo, el cual habría introducido en ellas no sólo su propio retrato sino también, en ciertas series y para honrar su memoria, el de su padre. De este modo, el retrato de mayor edad correspondería al padre, el cual, aunque introdujo su propio retrato con diadema y el nuevo tipo de Zeus y adquirió en la práctica una total independencia respecto del poder seléucida, sin embargo nunca habría acuñado con su propio nombre, y habría sido su hijo y homónimo, representado siempre como el más joven, quien habría roto formalmente con Antioquía e introducido la titulatura BASILEOS DIODOTOU.


 

Diodoto I. Plata. Tetradracma ática. Cabeza de Diodoto I / Zeus arrojando el rayo con un águila a sus pies, BASILEOS ANTIOCHOU. Imagen extraída de www.wildwinds.com/coins/greece/baktria/kings/diodotos_I/t.html



 

Diodoto II. Plata. Tetradracma ática. Cabeza de Diodoto II / Zeus arrojando el rayo con un águila a sus pies, BASILEOS DIODOTOU. Imagen extraída de www.wildwinds.com/coins/greece/baktria/kings/diodotos_II/t.html

En ambos retratos figura únicamente la cabeza, sin cuello, rodeada por una gráfila de perlas. La ausencia de cuello recuerda las monedas griegas clásicas y las de Filipo y Alejandro. La cabeza está modelada al estilo alejandrino y el cabello va ceñido por una diadema, uno de cuyos extremos cae paralelo a la nuca, mientras que el otro dibuja un bucle, detalle éste que ya se apreciaba en las monedas bactrianas de Antíoco II. En las tetradracmas de Diodoto I aparece un perfil algo idealizado pero muy logrado. En las piezas de oro se nos muestra un perfil más corto y recogido, con con la denominada "nariz griega", pero en general no alcanza la calidad del anterior: se trata más de un símbolo que de un retrato fiel.

La excepcional calidad de los retratos de Eutidemo I y de sus sucesores ha llevado a diferentes autores a recurrir a ellos para establecer hipotéticas relaciones de parentesco entre dichos soberanos. Entre todas ellas destacan por su realismo tres series: las que muestran a Eutidemo I ya anciano, a Demetrio I tocado con la piel de elefante y a Antímaco I con causía. Sus ejemplares se sitúan entre las más elevadas muestras del arte numismático no sólo griego sino de todos los tiempos. Tarn las suponía obra de un mismo artista, y se servía de ellas para identificar a Antímaco como hijo de Eutidemo y hermano de Demetrio. El retrato de Eutidemo I es el primero típicamente bactriano. Sus estáteras, tetradracmas y didracmas lo muestran muy próximo al de los Diodotos, rodeado por una gráfila de perlas, carente de cuello y con los extremos de la diadema dispuestos en la misma posición. Pero la gran novedad es su realismo. Siguiendo la evolución de los retratos en las monedas se advierte el endurecimiento de los rasgos del soberano desde la juventud a la vejez, y ni siquiera en las últimas emisiones se recurre a un retrato idealizado que sustituya la imagen de un Eutidemo anciano.


 

Eutidemo I. Plata. Tetradracma ática. Cabeza de Eutidemo I / Heracles con maza sentado sobre una roca cubierta por la piel del león. Imagen extraída de www.historicalcoins.com

Su hijo Demetrio I presenta uno de los mejores retratos bactrianos. En sus tetradracmas siempre aparece rodeado por una gráfila de perlas, con la diadema y la piel de elefante que ostenta, al modo de Alejandro, como conquistador de la India. Se advierte una doble novedad: por vez primera aparece la representación de un busto, con el hombro derecho cubierto por un manto abrochado; además, la imagen es de menor tamaño que antes en relación con el campo, dado el mayor espacio que ocupa el nuevo tocado, sobre todo al incluir los colmillos del animal. Ambas innovaciones contribuyen a adornar más el conjunto, en detrimento de la efigie propiamente dicha.


 

Demetrio I. Plata. Tetradracma ática. Busto de Demetrio I tocado con la piel de elefante / Heracles de pie y de frente con la maza y la piel del león sobre el brazo izquierdo y autocoronándose con la mano derecha. Imagen extraída de members.nbci.com/RedyK/AC/C3/India/IndoBactrians/IndoBactrianEmpire.htm

Con Eutidemo I y Demetrio I se ha relacionado a Eutidemo II, Pantaleón, Agatocles y Demetrio II, hasta el punto de que Tarn atribuyó sus retratos a la escuela del artista que anteriormente había realizado los de aquéllos, aunque sin alcanzar su nivel. Eutidemo II aparece representado únicamente como un joven, con manto sobre el hombro y en un retrato sobrio y, por ello, casi frío.


 

Eutidemo II. Plata. Tetradracma ática. Busto de Eutidemo II / Heracles de pie y de frente con la maza y la piel del león sobre el brazo izquierdo y sosteniendo una corona con la mano derecha. Imagen extraída de www.wildwinds.com/coins/greece/baktria/kings/euthydemos_I/t.html

Pantaleón y Agatocles comparten en sus monedas un estilo idéntico que destaca por su realismo vívido: dada la escasez de sus acuñaciones, el primero habría reinado durante muy poco tiempo y habría sido sucedido por Agatocles, el cual acuñaría en la misma ceca y con el mismo grabador. Algunos autores han advertido cierto parecido de ambos con Eutidemo II.


 

Agatocles. Plata. Tetradracma ática. Busto de Agatocles / Zeus Hecatéforo (?) de pie y con cetro alto. Imagen extraída de www.historicalcoins.com

Por otra parte, el retrato de Demetrio II ocupa un mayor espacio sobre el campo y muestra al soberano de un modo realista como un joven con diadema y manto pero sin parecido con los otros.


 

Demetrio II. Plata. Tetradracma ática. Busto de Demetrio II / Atenea de pie y de frente, con lanza y escudo. Imagen extraída de www.russian-coins.net

Con todo, por excelente que sea la calidad de los retratos, el parecido que entre unos y otros han querido ver algunos autores para así plantear posibles relaciones de parentesco es un criterio que debe ser tratado con especial prudencia: de hecho, por sí mismo carece de peso, y sólo serviría para corroborar hipótesis sustentadas por argumentos mucho más firmes. Los diversos autores discrepan acerca de la vinculación de Antímaco I y de Apolodoto I con la casa de Eutidemo. El retrato realista de Antímaco, posiblemente el más famoso entre las acuñaciones grecobactrianas, resulta interesantísimo y único en el arte monetal helenístico: su media sonrisa irónica le atribuye una marcada personalidad y lo distancia de los demás soberanos en la misma medida que lo hace el epíteto que adopta en sus acuñaciones, THEOS, "El Dios". Asimismo, aparece en todos sus retratos tocado con la causía, el sombrero tradicional macedónico.


 

Antímaco I. Plata. Tetradracma ática. Busto de Antímaco I tocado con la causía / Poseidón con tridente y palma. Imagen extraída de www.historicalcoins.com

En cuanto a Apolodoto I, conocemos su retrato tras el descubrimiento en 1973 de una tetradracma ática en las excavaciones de Ai Khanum, pues las acuñaciones bilingües en plata y bronce que se le atribuyen no incluyen su efigie. El anverso muestra al soberano enmarcado en una gráfila de husos y perlas alternados, tocado con la causía macedónica y con los extremos de la diadema flotando. Posteriormente han sido halladas otras piezas en las que aparece únicamente con la diadema. Sus rasgos reflejan una fuerte personalidad y coinciden -en esta ocasión de una manera evidente- con los de Eutidemo anciano y Demetrio I en edad madura.

Apolodoto, Antímaco y los Eutidémidas presentan, en conjunto, un retrato muy helenístico, ligado al arte numismático seléucida por lo que se refiere al volumen de la efigie y el flan. Su realismo los sitúa en la trayectoria de la primera época del retrato helenístico, que tiende a la individualización y no a la idealización de etapas posteriores, y el conjunto constituye una de las mejores páginas de la numismática griega.

Con Eucrátides I los retratos se diversifican. Sus primeras emisiones, compuestas por tetradracmas, didracmas y dracmas, adoptan una gráfila de husos y perlas, que Tarn interpretó como tomada directamente de las acuñaciones del seléucida Antíoco IV. El retrato es realista, empapado de una majestad seria y fría, con una diadema de husos y perlas alternados, mientras que el hombro toca la gráfila.


 

Eucrátides I. Plata. Tetradracma ática. Busto de Eucrátides I / Dioscuros a caballo con lanzas y palmas. Imagen extraída de www.wildwinds.com/coins/greece/baktria/kings/eukratides_I/t.html

Las emisiones posteriores, que incluyen en la leyenda el epíteto MEGAS, "El Grande", muestran un segundo retrato, con casco de cimera y paragnátides. Destacan en él el cuerno de toro y la oreja de caballo incorporados al casco, símbolos de la divinidad ya utilizados antes por los Seléucidas. Bajo el casco asoman los extremos de la diadema, y el cuello está cubierto casi por completo por un manto militar. A la altura del hombro se observa el borde metálico de la parte posterior de la coraza. Es, pues, un soldado, un jefe militar, que habría acuñado con esta imagen tal vez tras su victoria final sobre sus enemigos o como propaganda frente a ellos. En este marco, el retrato resulta convencional, superado por la idealización del guerrero.


 

 

Eucrátides I. Plata. Tetradracma ática. Busto de Eucrátides I con casco / Dioscuros a caballo con lanzas y palmas. Imagen extraída de www.ancient-art.com/east.htm

Posteriormente una serie de tetradracmas también emitidas por Eucrátides introducen un nuevo tipo de retrato. En ellas el soberano aparece de perfil pero visto de espaldas, mirando hacia la izquierda, con los hombros desnudos y blandiendo la jabalina con el brazo derecho, todo lo cual obliga a reducir la proporción de la cabeza, que pierde protagonismo en favor de la parafernalia guerrera. En esa actitud algunos autores han querido ver la expresión iconográfica literal de uno de los fundamentos ideológicos sobre los que se apoya el monarca helenístico, el derecho de conquista o reconocimiento de la posesión de un territorio por haberlo conquistado con las armas, plasmado en la noción de "gê doríktetos", "tierra conquistada por la lanza".


 

Eucrátides I. Plata. Tetradracma ática. Busto de Eucrátides I con casco y de espaldas arrojando la jabalina / Dioscuros a caballo con lanzas y palmas. Imagen extraída de ans.openarchaeology.com/cgi-bin/showobj?accnum=1997.9.68

Con Eucrátides I han sido relacionados Platón, Eucrátides II y Heliocles I en tanto que sucesores suyos. Como los de aquél, sus retratos se enmarcan asimismo en una gráfila de husos y perlas. El de Platón, lo mismo con casco que sólo con la diadema, resulta de peor calidad y da impresión de pesadez. Por contra, la fuerza y la calidad artística del retrato de Eucrátides II -que sólo aparece con la diadema, nunca con casco- contrastan con la desproporción existente entre los miembros del Apolo que figura en el reverso.


 

Eucrátides II. Plata. Tetradracma ática. Busto de Eucrátides II / Apolo de pie con arco y flecha. Imagen extraída de www.calgarycoin.com

A su vez, las monedas de Heliocles I muestran un retrato muy realista y vigoroso, casi brutal. Este soberano es el primero que aparece representado con un casco cubierto por la piel moteada del leopardo, lo mismo que el retrato que figura sobre una serie de tetradracmas acuñadas por Seleuco I en la ceca de Persépolis tras la batalla de Ipso en 301 a.C., identificado como el primero del fundador de la dinastía seléucida, aunque algunos autores prefieren ver en él la efigie de Alejandro.


 

Heliocles I. Plata. Tetradracma ática. Busto de Heliocles I con casco cubierto por piel de leopardo / Zeus Nikéforo entronizado con cetro alto. Imagen extraída de www.historicalcoins.com

En conjunto, los retratos de Eucrátides I y sus inmediatos sucesores difieren de los de Eutidemo I y los suyos por su tendencia general hacia la idealización: pretenden transmitir una majestad fría, para lo cual la incorporación del ornamentos simbólicos resulta de gran utilidad.

En líneas generales esta tendencia continúa con los retratos que figuran sobre las piezas de patrón ático y leyenda únicamente griega acuñadas por algunos de los soberanos indogriegos, a excepción del retrato realista de Teófilo, que muestra unos rasgos individualizados muy acusados. Por su parte, Menandro, Zoilo I, Antialcidas, Lisias, Filoxeno, Diomedes, Amintas, Arquebio y Hermaios muestran sus retratos enmarcados por una gráfila de husos y perlas, descubiertos, con casco (adornado con cuerno de toro y oreja de caballo), causía o tocado con piel de elefante (Lisias) pero siempre con diadema, y con manto o parcialmente cubiertos con la égida en los retratos vistos de espaldas (en este sentido, Lisias muestra el hombro izquierdo cubierto por una piel de elefante y con los colmillos hacia adelante).


 

Antialcidas. Plata. Tetradracma ática. Busto de Antialcidas con casco / Zeus Nikéforo entronizado con cetro y un pequeño elefante a sus pies. Imagen extraída de www.q-ten.co.uk/polymath/coinsale.html


 

 

Amintas. Plata. Doble decadracma ática. Busto de Amintas con casco / Tyché entronizada con cornucopia sobre el brazo izquierdo y haciendo un gesto con la mano derecha. Imagen extraída de icg.harvard.edu/~class164/indiagallery/source/11.html

1.3. Retratos sobre monedas indogriegas.     índice del capítulo