Como tales son conocidas ciertas series de tetradracmas de plata emitidas
por Agatocles y por Antímaco I cuyos anversos muestran el retrato de
algunos de sus predecesores acompañado por una leyenda que lo identifica
con su nombre y un epíteto en genitivo, mientras que en el reverso figura
el tipo característico de cada uno de aquellos soberanos enmarcado en los
laterales y el exergo por el título real, el nombre y el epíteto del
monarca que realiza la emisión según una fórmula encabezada ya no por el
genitivo BASILEOS sino por el participio en genitivo absoluto BASILEUONTOS
para subrayar de este modo el hecho de que es "durante el reinado de" uno
de estos soberanos, Agatocles o Antímaco I, cuando tiene lugar la acuñación
y, con ella, el homenaje a la memoria del predecesor representado en el
anverso. Encierran un mensaje propagandístico evidente en función del cual
tanto Agatocles como Antímaco I se proclaman herederos de los monarcas que
les han precedido en el trono y, en ese sentido, partícipes de su memoria y
de su legitimidad en un momento en el que muy posiblemente se hallaban
enfrentados al usurpador Eucrátides I, quién sabe si como aliados o
rivalizando también entre sí.
Las monedas de Agatocles muestran en su reverso la leyenda BASILEUONTOS
DIKAIOU AGATHOKLEOUS, "durante el reinado de Agatocles el Justo", y en su
anverso las efigies de Alejandro, Antíoco II, Diodoto I, Diodoto II,
Eutidemo I, Demetrio I y Pantaleón, acompañadas en cada caso por una
leyenda en la que figura el nombre de cada uno de ellos y, salvo en el caso
de Alejandro -identificado simplemente como "(hijo) de Filipo"-, un epíteto
que sin embargo estos soberanos nunca utilizaron en sus propias emisiones:
- Alejandro aparece tocado con la piel de león cual Heracles, majestuoso
pero convencional; el relieve es plano, el perfil pequeño en relación con
la superficie del campo y el rostro, con el mentón puntiagudo, guarda
cierto parecido con el propio Agatocles; a su lado figura la leyenda
ALEXANDROU TOU PHILIPPOU, "de Alejandro, (hijo) de Filipo", y en el reverso
el tipo de Zeus entronizado con cetro alto sosteniendo un águila en la mano
derecha, denominado por ello Zeus Aetóforo.
- la efigie junto a la cual se lee ANTIOCHOU NIKATOROS ha sido identificada
con la de Antíoco II, aun cuando bien poco se parece a la de las
acuñaciones seléucidas: parece más bien que el grabador utilizó como modelo
una de las tetradracmas acuñadas por Diodoto I como gobernador de Bactriana
con el nombre del soberano pero con su propio retrato, pues el que aquí se
exhibe se parece al de Diodoto que figura sobre ellas mucho más que el que
estas mismas series conmemorativas atribuyen al propio Diodoto, y además en
el reverso aparece no el Apolo seléucida sino el Zeus de pie arrojando el
rayo introducido por Diodoto cuando todavía acuñaba moneda en nombre de
Antíoco
- en el caso de los Diodotos, a la ya conocida serie que muestra la leyenda
en el anverso DIODOTOU SOTEROS junto a un retrato identificado como el de
Diodoto I
-a pesar de su escaso parecido con el que exhiben las monedas acuñadas por
este soberano- se ha sumado recientemente el descubrimiento de otra con el
rótulo DIODOTOU THEOU, ambas con el mismo Zeus arrojando el rayo utilizado
por los dos Diodotos como tipo de reverso, con un águila de alas
desplegadas a sus pies y una corona de laurel sobre ella; aun cuando la
idealización de los retratos impide establecer parecidos fiables con las
acuñaciones de estos soberanos, resulta evidente que cada leyenda hace
referencia a uno de ellos, y los diferentes autores han identificado a
Diodoto "el Salvador" con el padre y a Diodoto "el Dios" con el hijo,
siendo ésta la primera vez que se califica a un monarca predecesor con el
epíteto divino THEOS
- Eutidemo I es representado en edad juvenil, de lo que se deduce que el
grabador tomó la imagen de las primeras emisiones de este soberano, pero el
característico realismo eutidémida ha sido sustituido por una idealización
apenas atenuada por una sonrisa; al igual que en el caso anterior, llama la
atención el apelativo divino en la leyenda EUTHYDEMOU THEOU, mientras que
en el reverso figura el tradicional tipo de Heracles con maza sentado sobre
una roca
- Demetrio I aparece como en sus propias tetradracmas, tocado con la piel
de elefante, y con la leyenda DEMETRIOU ANIKETOU, si bien, lo mismo que
Eutidemo, nunca adoptó epíteto alguno en sus acuñaciones; el reverso
muestra el mismo Heracles de los Eutidémidas que aparece en el caso
anterior
- Pantaleón aparece con el mismo retrato que figura en sus propias
emisiones y acompañado por la leyenda PANTALEONTOS SOTEROS, mientras que en
el reverso figura el tipo que aparecía en aquéllas, Zeus entronizado de
perfil, con cetro alto y sosteniendo en la mano derecha la imagen de una
divinidad con una antorcha en cada mano, tal vez Hécate; el enorme
paralelismo existente entre sus acuñaciones y las de Agatocles sugiere que
fue el predecesor inmediato de éste.
Las acuñaciones de Antímaco I siguen el mismo esquema, pero los ejemplares
conservados sólo aluden a Diodoto I y a Eutidemo I. Coinciden en cuanto a
los tipos con aquellas otras en las que Agatocles homenajeaba a esos mismos
soberanos, mientras que en lo relativo a las leyendas sobre el anverso se
lee DIODOTOU SOTEROS y EUTHYDEMOU THEOU en cada caso. Unas y otras muestran
en el reverso el rótulo BASILEUONTOS THEOU ANTIMACHOU, "durante el reinado
de Antímaco el Dios".
Cronológicamente cabe situar a Agatocles por delante de Antímaco porque su caso parece demostrar la realización de ensayos previos al establecimiento definitivo del modelo que ambos soberanos aplican a este tipo de acuñaciones. Así se deduce de la existencia de dos ejemplares que se sitúan a medio camino entre las acuñaciones conmemorativas de Agatocles y las emisiones de los soberanos homenajeados en las que aquéllas se inspiran. Ambos exhiben en el reverso el mismo tipo de Zeus arrojando el rayo con un águila a sus pies que figuraba sobre las emisiones de los Diodotos y sendos rótulos que identifican los retratos que figuran en sus respectivos anversos como ANTIOCHOU NIKATOROS en el primer caso y DIODOTOU SOTEROS en el segundo. Pero la ausencia de título real y la incorporación de un epíteto en la leyenda, así como la presencia sobre ellas de un monograma que no aparece hasta las emisiones de Demetrio I, impiden situar estas piezas entre las acuñaciones del primer soberano de la Bactriana griega independiente y las asocian, por contra, con las series conmemorativas acuñadas por Agatocles hasta el punto de identificarlas como una fase previa a la fijación definitiva del modelo que preside aquéllas. De hecho, en la dedicada a Antíoco II -publicada en 1994- el retrato del soberano seléucida está tomado en realidad del de Diodoto I que figura en las monedas que este último acuñó en nombre de aquél pero incorporando su propio retrato, tal como hemos señalado a propósito de la efigie de Antíoco que aparece sobre las acuñaciones conmemorativas. La superación de este modelo y su sustitución por el que se convirtió en definitivo vinieron forzadas por la finalidad de las propias acuñaciones, pues su valor propagandístico reside no en la simple alusión a un soberano predecesor sino en la proclamación del vínculo que el monarca que realiza la emisión pretende establecer con aquél, lo que exige la identificación explícita tanto de uno como de otro, razón por la cual fue incorporada una segunda leyenda que no dejase dudas acerca de la identidad de la autoridad emisora.
El hecho de que la única pieza conservada en la que Agatocles homenajea la
memoria de Pantaleón haya sido descubierta a comienzos de la década de
1970, y el hallazgo más reciente todavía de aquella otra que porta el
rótulo DIODOTOU THEOU, demuestran que todavía es posible esperar el
descubrimiento de nuevos ejemplares que podrían incorporar algún otro
soberano a la lista de los homenajeados por Antímaco -tal vez Alejandro y
Antíoco, como en el caso de Agatocles-, tal como lo esperaba Tarn tras el
descubrimiento en 1934 de la moneda con la que Agatocles honra la memoria
de Demetrio I.
Las series conmemorativas de Agatocles y de Antímaco I muestran un estilo
muy similar. Sin embargo, difieren entre sí y respecto de los modelos en
los que se inspiran por lo que se refiere a los monogramas, pues exhiben
los mismos que aparecen en las emisiones convencionales de cada soberano.
Resulta evidente que los diferentes retratos no persiguen reproducir el
parecido con el original sino acentuar el carácter sobrehumano de los
predecesores para así engrandecer la persona del monarca emisor, algo que
resulta evidente a la vista de epítetos como "Invencible", "Salvador" y,
sobre todo, "Dios". La cabeza cortada al nivel de los hombros y el exergo
alto revelan un estilo arcaizante, propio de las primeras acuñaciones
grecobactrianas -las emitidas por los dos Diodotos y por Eutidemo I-,
aunque la disposición de los extremos de la diadema, no flotando sino
colgando suavemente, es propia de las acuñaciones de Agatocles.
1.5. Acuñaciones con doble retrato. índice del capítulo