Proyecto Clío

Página de inicioALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS ACTIVIDADES DE AUTOEVALUACIÓN A TRAVÉS DE INTERNET

 Juan Carlos Raña Trabado

 

Es frecuente encontrar entre los docentes poco experimentados en la utilización de recursos informáticos una visión idolátrica de los mismos, bien porque esperan que por sí solos den solución a todos los procesos de enseñanza-aprendizaje, o bien porque los ven con un escepticismo excesivo que niega su potencial técnico-educativo y los considera expresión de una nueva religión.

 

No me voy a detener en ponderar la potencialidad educativa de Internet, pero sí  voy a subrayar que estas potencialidades sólo se realizarán plenamente dentro de un plan didáctico determinado. Esto es así no sólo en el caso de Internet, sino también en el de muchos otros recursos que utilizamos a diario: bolígrafo y papel, libro de texto, apuntes, videos, diapositivas y un largo etcétera. Estos instrumentos exponen determinados contenidos, pero la interiorización de los mismos estará ligada a una metodología y a unas actividades. En su tarea educativa el profesor los explicará, es decir, los adaptará haciéndolos más comprensibles al alumnado y orientará el trabajo de éste para que participe activamente en su aprendizaje. Estas dos razones, además de otras de índole psicológica y social son las que siguen haciendo imprescindible la figura del profesor dentro de un proceso informatizado de enseñanza-aprendizaje.

 

Las actividades que el alumnado realiza no son el fin del aprendizaje, sino un medio para el mismo que puede utilizar instrumentos diversos. Por esta razón, la actividad de autoevaluación tiene un valor relativo al proceso de enseñanza-aprendizaje en que se aplique y por si misma es insuficiente para la consecución plena del mismo. El objetivo de una actividad de este tipo no se reduce a pulsar botones y obtener una puntuación que supere el 50%; esto, en el mejor de los casos, supondría considerarla como un instrumento de evaluación final. Si fuese así, debería atender al planteamiento y desarrollo que hubiera tenido una programación de aula específica, de acuerdo con unos objetivos, contenidos y criterios de evaluación. Además, dado que las realidades educativas son muy diversas, la actividad no siempre podría usarse sin más, por lo que habría que añadirle otros instrumentos o adaptarla a un contexto educativo concreto.

 

Mayor es el valor de este tipo de actividades si las entendemos como instrumento de evaluación formativa.[1] Se trata de aprender según se realiza la actividad, de forma que el conseguir un mayor o menor número de aciertos sólo sería una parte de la actividad y no el fin primordial. Desde este punto de vista, los aciertos y los errores se convierten en una información que nos indica el grado de resolución de un problema. La actividad se convierte en un problema a resolver, tarea para la que el alumnado cuenta con la ayuda de una información cuidadosamente seleccionada y que es accesible a través de los enlaces a Internet.

 

Actividades de este tipo aparecen en el número 29 de esta revista, así como en el actual, bajo el título respectivo de “Pintura barroca española” y de “La sociedad del Antiguo Régimen”. Se trata de actividades de corta duración, en las que brevemente se plantea la tarea a resolver y se adjunta una selección de direcciones de Internet para facilitar su consecución. Respecto a estas últimas, he intentado buscar un equilibrio entre un número no muy elevado que realmente guíe al alumno y un número no excesivamente pequeño que pueda dificultar la adaptación y flexibilidad en el aprendizaje, además de estar a merced de conexiones defectuosas y de una Red en continua transformación. Estos enlaces deben presentarse organizados, así por ejemplo, en la actividad sobre la pintura barroca española, aparecen dos columnas: la de la izquierda permite diversos grados de acercamiento y profundización en el tema, incluso ligándolo directamente al conjunto del currículo de Historia del Arte; la de la derecha presenta enlaces cuyo objetivo primordial no es acceder a información textual sino a las obras pictóricas en sí, por eso he tenido la licencia de utilizar recursos en otra lengua diferente a la de mis alumnos. Navegando por los enlaces, cada alumno, según sus necesidades logrará un mayor conocimiento del tema en cuestión; no sólo sabrá más o menos memorísticamente determinados cuadros o autores, sino que adquirirá las capacidades necesarias para una identificación correcta de las mismas a través de la experiencia en la visualización de múltiples obras y de la comprensión de la conceptualización de los distintos pintores y movimientos artísticos.

 

            En la misma actividad, con el fin de conseguir una adaptación mayor a las posibilidades del sujeto, he incorporado pistas que aparecen al pasar el ratón por encima de cada uno de los cuadros. Si aún así no consiguiera realizar una correcta asociación entre los distintos autores y obras, puede hallar la solución pulsando sobre cada cuadro, lo cual proporcionará un comentario de la obra pictórica que se convierte en un feedback en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por otro lado, los comentarios de cada obra también pueden ser utilizados como instrumento de profundización o, en su caso, de iniciación en otros procedimientos.

 

            En el caso de la actividad sobre la sociedad del Antiguo Régimen, las pistas o ayudas son de dos tipos: el botón que aparece junto a algunos huecos, cuya pulsación nos muestra una idea indicadora de lo que debe ir en el interior y en segundo lugar, otra a la que accedemos bajo el botón homónimo que irá rellenando letra a letra el hueco y a la que deberemos recurrir en última instancia. Comprobaremos los resultados sólo al final, de otro modo perderemos las ayudas. Una vez terminada la actividad, se propone realizar otra complementaria de reelaboración, para ampliar, profundizar o reforzar el aprendizaje obtenido.

 

            En conclusión, las actividades de autoevaluación a través de Internet deben tener un objetivo más formativo que finalista, son insuficientes sin el apoyo de un profesorado que oriente y adapte el aprendizaje a las necesidades del alumnado, adaptación que se facilitará mediante la inclusión de otras actividades complementarias, que normalmente propondrán actividades más complejas.

 

Proyecto Clío

[1] Juan Carlos Raña Trabado. “Autoevaluación formativa informatizada en las Ciencias Sociales”. Quaderns Digitals.NET, nº 29 2003 <http://www.quadernsdigitals.net/apli/qd.php?accionMenu=hemeroteca.VisualizaArticuloIU.visualiza&articulo_id=5909>

Idem. “Hot Potatoes y las Ciencias Sociales”. A pie de aula, septiembre, 2002 http://www.gh.profes.net/archivo2.asp?id_contenido=32905