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RESUMEN
El presente artículo es un
adelanto del proyecto de investigación Espacio Público. Participación y
militarismo en Venezuela (1998-2001) adscrito al LITEP y financiado por el
Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CONDES) de la Universidad del
Zulia (LUZ). Se parte del estudio de la coyuntura crítica que posibilitó el
ascenso al poder de Hugo Chávez Frías en las elecciones de 1998 a través del
conjunto de fuerzas aglomeradas en el denominado Polo Patriótico. A partir de
ese momento, se experimentó en Venezuela la concreción de la crisis del Sistema
Político de Conciliación (SPC) que prevaleció entre 1958-1997, a través del
desplazamiento del poder político de los principales partidos del status –
Acción Democrática (AD) y el Comité Político Electoral Independiente (COPEI)-
producto de la construcción de un liderazgo alternativo alrededor del discurso
de ruptura de Hugo Chávez. La nueva práctica política está sustentada no sólo
en otros actores, sino en nuevos procesos que tienen como fuente la
finalización del consenso y la concreción de un escenario de lucha política
constante, que explican el progresivo control que ha adquirido el MVR
(movimiento Quinta República) y sus aliados del Polo en el sistema político
venezolano.
SUMMARY
The present article is an advance of the
project of investigation Space Public. Participation and militarism in
Venezuela (1998-2001) attributed to the LITEP and financed by the Council of
Scientific and Humanistic Development (COUNTS) of the University of the Zulia
(LUZ). he leaves of the study of the critical joint that facilitated the ascent
to Hugo's Chávez Frías in the elections of 1998 through the group of forces
amassed in the denominated Patriotic Pole. Starting from that moment, it was
experienced in Venezuela the concretion of the crisis of the Political System
of Reconciliation (SPC) that prevailed among 1958-1997, through the
displacement of the political power of the main parties of the status - Democratic
Action (AD) and the Independent Electoral Political Committee (COPEI) - product
of the construction of an alternative leadership around the speech of rupture
of Hugo Chávez. The new political practice is not only sustained in other
actors, but in new processes that have as source the finalization of the
consent and the concretion of a scenario of fight constant politics that they
explain the progressive control that the MVR has acquired (movement Fifth
Republic) and its allies of the Pole in the Venezuelan political system.
AUTOR: ROMERO JIMÉNEZ JUAN
EDUARDO. Profesor e Investigador Agregado de la Universidad del Zulia(LUZ),
Maracaibo- Venezuela. Licenciado en Historia con estudios de postgrado en
Historia Contemporánea de Venezuela. Cursante del doctorado en Ciencias
Políticas de LUZ. Co-investigador responsable del Laboratorio de Investigación
Transdisciplinario del espacio Público (LITEP) de la facultad de Ciencias
económicas y sociales de LUZ. Coordinador de extensión de los departamentos de
Historia y periodismo Impreso, en las escuelas de educación y comunicación
social de LUZ. Es autor de las obras Historia del Municipio Baralt (1996),La
Constituyente,90 días y cinco diarios (1999) y co-autor de las obra colectiva
Poder y Mentalidad en España e Iberoamérica (Madrid, 2000).Ha publicado
artículos arbitrados en revistas nacionales e internacionales. Especialista en
historia política contemporánea.
Tel. Oficina: 58 0261 7596253
Tel –fax: 58 0261 7596253 o
7545893
Tel.Casa: 58 0261 7534192
Correo electrónico: romerji@cantv.net o romero_juane@cantv.net
1. INTRODUCCIÓN
El sistema político venezolano, puede ser
caracterizado a partir de 1958 hasta 1993, como un sistema electoral que se
desenvolvió dentro del contexto del desarrollo de una relación que giró en
torno a dos grandes partidos políticos: Acción Democrática (AD) y Comité
Político Electoral Independiente (COPEI). Ambas estructuras surgidas en pleno proceso
de modernización de la sociedad venezolana (Suzzarini: 1983, Dávila: 1989,
Bracho: 1992), hicieron posible la
consolidación de unas relaciones que tenía como marco de acción constitucional,
el cumplimiento de tres supuestos: 1) La búsqueda del consenso entre los
actores políticos preponderantes; 2) La erradicación del conflicto en la
formulación de las políticas de Estado y 3) El avance a partir de una programa
nacional de consolidación de la estructura económica y social venezolana
(Programa Democrático Mínimo) (Urbaneja, 1998).
Estos
principios de acción, a pesar de las turbulencias surgidas en los primeros años
de implementación del proceso democrático (1958-1964) (Blanco: 1991),
permitieron ampliar la base de aceptación y certeza en el nuevo sistema
político, elemento que queda feacientemente demostrado mediante el análisis de
los niveles de participación en los comicios electorales en el período
1958-1989 (Molina: 1994)(Inserte cuadro I)
En el caso venezolano en el período
1958-1998, el Discurso del Poder perdió su capacidad para convencer, basado en
niveles de pobreza cada vez mayores, en una depauperada economía que hizo
crisis en 1983 (Toro: 1993, Pinto: 1994, Borges: 1992) y en una progresiva
matriz de opinión que sostenía el descontento con el sistema democrático[i].
Estas manifestaciones no fueron atendidas, por el contrario se pospuso la
solución de los elementos que generaron conflictos internos – corrupción,
desinversión, entre otros factores- propiciándose el establecimiento de un
escenario de lucha, en donde la clave era la eliminación del “otro”, enemigo
político jurado a quién no se le concedió cuartel.
Bajo
este escenario de conflictividad, el Discurso del Poder, emitido por los
actores hegemónicos del sistema político venezolano perdió su capacidad de ser
dicho, es decir, de reproducirse y nutrirse, convirtiéndose en un discurso
intrascendente, que es asumido como falso e irracional. La pertinencia y la
capacidad de convencimiento del Discurso Político[ii]
generaron una modificación de las circunstancias históricas, escenario este
propiciado por los acontecimientos del 27-28 de febrero de 1989 y los intentos
de Golpes de Estado del año 1992. Estos sucesos son la explicación causal del
llamado fenómeno Chavista[iii],
que implícita una visión de ruptura con el pasado histórico inmediato, en
función de producir una reconfiguración de la naturaleza y el contenido del
discurso político como DISCURSO DE PODER.
Este escenario fragmentado, es el campo
social, dentro del cual se nutre, diversifica y multiplica el Discurso de Hugo
Chávez, como Acto Social del Habla. Pero, el campo económico desarrollado en
ese mismo período, crea también las condiciones objetivas para permitir el
permeado del Discurso del Poder. El desarrollo de un Programa Económico, que no
tenía ninguna causalidad clara – por lo menos hasta 1996 cuando nombran a
Teodoro Petkoff [iv] como
Ministro de CORDIPLAN[v]
– signado por la implementación de por los menos cinco diseños económicos distintos; a saber: Plan Sosa (Febrero-
Julio 1994), Programa de estabilización y Recuperación Económica (PERE)
ejecutado entre Septiembre de 1994 y marzo de 1995, Plan Corrales
(abril-octubre 1995), IX Plan de la nación y el Pacto Anti-inflacionario (Nov
1995- Abril 1996). (revista SIC: Enero-Febrero 1995, Enero-febrero 1996), creo
las condiciones para una situación de acrecentamiento de la crisis determinado
por el aumento de la inflación acumulada entre 1995 y 1996 , que creció
abruptamente en ese período generando complicaciones en la dinámica social, de
por sí sentida por el recuerdo del impacto económico sufrido durante el
Gobierno de Carlos Andrés Pérez[vi]
(1989-1993) (Inserte cuadro II)
Otro indicador importante, para entender
la volatilidad del escenario económico en el que muta Chávez, lo constituye la
evolución de la Tasa de Cambio Bolívar/Dólar y del Producto Interno Bruto
(PIB), es decir, la relación de intercambio monetario y/o fortaleza de la
moneda nacional frente a la divisa extranjera; y la capacidad productiva del
sistema económico venezolano. En ambos casos, la acción casuística de la
política económica tuvo un profundo impacto en la sociedad venezolana. La Tasa
de Cambio saltó de 170 Bs en 1995 a más de 400 Bs, en 1996; mientras el PIB
decrecio de 3.7 en el período 94-95 a –0.4 en 1995-1996 (CUADROS III y IV:
Esta debilidad económica institucional, permite la apertura
de un proceso de Transición Política, que debe ser entendido como “ un período
concreto en el que se llevan a cabo diferentes procesos tendientes a instaurar
una poliarquía; estos procesos concitan la puesta en marcha y el cumplimiento
de una serie de reglas de juego mayoritariamente aceptadas” ( Alcántara Sáez,
1995:216).
La conjunción de los condicionantes socio-políticos
de crisis del sistema y el impacto de la crisis económica, constituyen el lev
motiv del Discurso Chavista, y será su principal fuente de inspiración textual
durante la campaña de 1998.
2. LA DINÁMICA POLÍTICA EN TIEMPOS DE TRANSICIÓN: de
las elecciones de 1993 al proceso constituyente 1999
En el caso de
Venezuela, se asistió a un cambio del sistema bipartidista a uno pluripartidista en 1993, que permitió
la renovación – momentánea- del presidencialismo en Venezuela. Efectivamente,
las elecciones de diciembre de 1993, abren paso a la superación definitiva de las características del antiguo
régimen de partidos. La hegemonía de Acción Democrática y COPEI, quedará en
entredicho, no sólo en las elecciones de 1993, sino en las de 1998. La
reducción significativa de la votación de estos partidos, será el aspecto más importante
de esta Transición (CUADRO V):
Por
primera vez, desde el inicio de las elecciones en 1958, AD y COPEI no obtienen
entre los dos, los suficientes votos para controlar el sistema Político. En los
procesos de 1993 y 1998, se produce una polarización del voto, que lleva a la
reducción del voto presidencial, para los dos principales partidos del status
quo venezolano, en un 65,75% y un 56,81%, para AD y COPEI respectivamente, en
relación con lo obtenidos en las elecciones de 1988. Este resultado constituye
un duro golpe, a la institucionalidad tradicional del sistema político y es,
sin lugar a dudas una muestra de la perdida de credibilidad de los actores
sobre los cuales estuvo estructurada la democracia venezolana (Cuadro N° VI)
"Existen dos posiciones en cuanto a la forma como
deba convocarse la Asamblea Constituyente: Una Primera, propuesta por el
Presidente Electo (la cual ha sido señalada ya anteriormente), quien considera
que basta la convocatoria del referendo previsto en el artículo 181
de la LOSPP, para convocar la Asamblea Constituyente, sobre la base del
principio de soberanía contenido en el artículo 4 de la Constitución de la
República que reconoce al pueblo como constituyente primario, y; una segunda
que considera que el soberano también tiene a su vez una normativa prevista en
la Constitución Nacional, que debe respetar para producir un referendo, en
razón de que el artículo 4 de la Constitución de la República refiere su
soberanía a los poderes constituidos, y que por lo tanto hace falta una reforma
puntual de la Constitución de la República que cree la figura de la Asamblea
Constituyente para llevar a cabo dicha convocatoria".
El pronunciamiento jurídico de Humberto La Roche –
conocido como el Fallo N° 17 de la CSJ-, deja desde un primer momento
claramente establecido cual es el marco legal que le permite – como
representante del Poder Constituido – realizar el pronunciamiento. Indica que
todo el proceso se establece sobre el hecho que las interpretaciones no son de
la Ley – es decir, no es únicamente de la Constitución Nacional o de la LOSPP-
sino que por el contrario, es una interpretación del ordenamiento jurídico, de
las condiciones reales y el contexto histórico-jurídico que crea la ley.
Este planteamiento, reviste una inusual importancia
en la dinámica que caracteriza el proceso de cambio histórico que aun
experimentamos. Normalmente, los desplazamientos de grupos de poder por otros
están caracterizados por la violencia (Lenski,) , en nuestro caso se ha
alterado esta norma. La justificación se encuentra en el hecho que la decisión
de la Corte expresada en el fallo N° 17, estableció legalmente la posibilidad
real de realizar el proceso de convocatoria del referéndum por parte del
presidente de la república, el Congreso Nacional o por la solicitud del 10% de
los electores nacionales. Lo que estaba en juego, era la posibilidad que cualquiera
de esas estructuras políticas de expresión, señalaran la ruta del proceso que
se adelantaría con la convocatoria a la Constituyente, al mismo tiempo que se
establecería las normas y la manera en que se realizaría. El desarrollo del
proceso, dependiendo de quien lo dirigiera indicaría la supervivencia o no de
los grupos de poder que se encontraban en disputa. Recordemos que el mismo Hugo
Chávez, durante toda la Campaña electoral señalo que la Constituyente era su
propuesta de Gobierno (El Nacional 10/10/98), asimismo dijo que esperaba que el
Congreso considerará la convocatoria por decisión de sus miembros, pero al
mismo tiempo activo lo que se denominó Comisión Presidencial Constituyente
(CPC) conformada entre otros por: Ricardo Combellas, Oswaldo Alvárez Paz, Jorge
Olavaria, Tarek William Saab, Tulio Alvárez, Angel Lombardi, Angela Zago,
Hernánn Escarrá, Ernesto Mays Vallenilla, Manuel Quijada y Javier Elechiguerra el día 4 de Enero de 1998 ( Romero
et al,1999;Tomo I: 236) y el día 9 de enero inician la recolección de firmas.
Todo hacia indicar que se temía una desviación de la
propuesta del presidente, si la convocatoria no salía de sus manos y escapaba,
por lo tanto, de su control. La decisión de Humberto La Roche, le da carácter
legal a su pronunciamiento y deja de ser “una locura” de Hugo Chávez, para
adquirir razón jurídica. El Proceso Constituyente, es un acto político en sí,
pues estaba en juego las condiciones no sólo de los actores políticos, sino el
establecimiento de las reglas de juego del sistema que se diseñara. Por lo
tanto, la manera en que se adelantaría este proceso era clave para comprender
las condiciones socio-políticas que derivan de su ejecución. Miriam Kornblith
(1998:62-63) lo deja en claro cuando señala:
“El
proceso de cambio constitucional se considera un acto eminentemente político...
Desde esta perspectiva es necesario examinar combinadamente el procedimiento,
el contenido y el objetivo del proceso constitucional. Por procedimiento – el
quién, cómo, cuándo y dónde- se entiende la definición y selección de los
sujetos, métodos y recursos para elaborar, discutir y promulgar una
Constitución. El contenido – el qué- consiste en el conjunto de principios,
valores e instituciones que plasmados en disposiciones constitucionales, conforman
la parte sustantiva del texto. El objetivo – el para qué- comprende las metas
de corto y largo plazo que se esperan lograr a través del cambio
constitucional... Las interacciones entre los cursos de acción seguidos en cada
una de estas dimensiones definen el rumbo del proceso constitucional y el
impacto del mismo sobre el orden sociopolítico; a su vez, estas decisiones
están condicionadas por la coyuntura sociopolítica y por el modelo
sociopolítico en el que tiene lugar el proceso constitucional”
Como
acto político, se estaba asistiendo a la definición del accionar de los actores
políticos en disputa, y por lo tanto se definía el curso de la transición que
se intentaba. La posibilidad real que en el Congreso Nacional-si llegará a
surgir de éste la iniciativa- se saboteará la dinámica de la Constituyente
existía, más aun si consideramos la composición del Congreso, en cuanto a
fuerzas políticas. El Movimiento Quinta República (MVR) reunió por sí sólo el 19,9%, para el
Congreso Nacional en las elecciones de 1998, mientras que AD y COPEI obtenían
el 24.1% y el 12% respectivamente, lo que establecía una franca desventaja
entre esas fuerzas políticas (CUADRO VII).
La discusión luego de la decisión del magistrado La
Roche, estuvo centrada en quién dirigiría la convocatoria. El problema de fondo
quedaba establecido: quién controlará el proceso constituyente definiría el
devenir del control del poder constituido y por lo tanto, establecería las
normas de la convivencia o no de los factores en pugna. Esta disyuntiva,
parecía estar claramente establecida
para los factores del Polo Patriótico[viii]
como para los sectores conglomerados en torno a AD y COPEI, tal como lo recoge
el diario El Nacional en un reportaje
titulado QUIEN CONVOQUE EL REFERÉNDUM DEFINIRÁ LOS LÍMITES DE LA CONSTITUYENTE
(26/01/99: D-1): “Una vez que la Corte Suprema de Justicia allanó el camino
hacia la Asamblea Constituyente, a través de la convalidación del referéndum
consultivo como mecanismo de expresión del poder constituyente originario, las preguntas
se refieren a los alcances y límites que tendría este cónclave de
representantes del pueblo”.
Podemos
establecer ciertas etapas a partir de la elección de Hugo Chávez en diciembre
de 1998, con respecto a la implementación del proceso constituyente (Cuadro
VIII):
·
1era
Fase: Impacto de la Elite Política ante el triunfo de Chávez (Diciembre 6 de
1998 a Enero 1999). Determinada por la sorpresa e incredulidad al respecto del
triunfo del Polo Patriótico, por otra parte, esta fase estuvo signada por el intento
de refugiarse en los poderes constituidos (Congreso, Partidos, Corte Suprema).
·
2da
Fase: Reacción Legalista a la propuesta Constituyente(Enero 1999 hasta febrero
2). Caracterizada por la introducción de diversos recursos de interpretación
ante la Corte Suprema de Justicia, intentando encontrar un piso jurídico que
impidiera la toma del poder por parte del MVR. Estuvo signado por un
enfrentamiento relativo a la capacidad del actor encargado de convocar el
Referéndum. Hay dos momentos en esta etapa, un primer momento determinado por
el Congreso, por los representantes de AD y COPEI, quienes derrotados por el
Fallo N|°17 de la Corte Suprema de Justicia, se vieron obligados a ceñirse a la
resolución jurídica y por lo tanto, intentaron ser ellos quienes adelantaran el
proceso. La otra subetapa estuvo caracterizada por la reacción de Chávez y el
Polo Patriótico ante lo que ellos llamaron la amenaza de una “Constituyente
Chucuta” (El Nacional, 26-01-99:D-2). Este temor de quedar amarrados al
Congreso, fue lo que llevo a Chávez a ejecutar el decreto N°3 que declara la
Convocatoria de la Constituyente.
·
3era
Fase. Intento de objetar las Bases de la convocatoria al Referéndum
(febrero-marzo 1999). Cuando fracasó la iniciativa del Congreso para convocar
en ese órgano del Poder Público el proceso constituyente, y ante el hecho del
establecimiento por parte del MVR y Hugo Chávez de las bases de la
convocatoria, se intentó a través de un recurso introducido en la Corte Suprema
modificar las Bases sin mayor resultado.
·
4ta
Fase. Campaña contra el referéndum (Marzo-Abril 1999). Aunque poca efectiva,
esta etapa determino lo que sería el comportamiento político de la oposición:
un doble juego signado por una parte por la resistencia al proceso y por la
otra, una incorporación tardía e inefectiva para intentar no quedar fuera del
juego político.
·
5ta
fase. Construcción de las candidaturas y propuestas para la Asamblea Nacional
Constituyente (Mayo-Julio 1999). Fue una etapa muy prolífica dado el amplio
debate suscitado entre las diversas corrientes políticas con respecto a cómo
debía dirigirse el proceso constituyente. Determino el posterior dominio que
tuvo el Polo Patriótico en la ANC.
·
6ta
Fase. Instalación y deliberación de la Constituyente (Agosto-Diciembre 1999).
Fue quizás la etapa más difícil en todo el proceso, principalmente por que se
enfrentaron a dos elementos puntuales en la implementación de la mecánica
constituyente: 1) la disyuntiva de coexistir o no con un Congreso
definitivamente hostil a la ANC y 2) la magnitud del proceso Constituyente, referida a sí la ANC debía sólo
restringirse a crear una Nueva Carta Magna o por el contrario, debía crear una nueva Ingeniería del Estado.
La discusión en torno al proceso constituyente, tuvo varios matices. Uno
de ellos era el del actor encargado de realizar la convocatoria. El MVR y Hugo
Chávez, se mostraban preocupados después de conocido el fallo N°17 del
magistrado de la CSJ Humberto La Roche. Había motivos para estarlo si se
considera el panorama que se vislumbraba luego del significativo paso
determinado por la decisión. El Congreso había insistido ante las amenazas
mismas del presidente de la república, en ser el encargado en sesión conjunta
de las Cámaras, de convocar el referéndum, esta opción habría dejado fuera del
juego político al Polo Patriótico y ante esta amenaza es que se produce el
Decreto N°3, del 2 de febrero de 1999.
El Decreto N°3 contiene manifestaciones concretas del
significado que tuvo el hecho de ser el Presidente de la República y no las Cámaras
en conjunto, quien convocara el referéndum. En primer lugar, define el actor
que genera la directriz y el ritmo del proceso, con esta acción resquebraja
cualquier intento de controlar y ejercer dominio sobre la definición de la
transición socio-política. Marca la decisión de lanzar el decreto N°3 la
mecánica que siguió la Constituyente: la definición por parte de Hugo Chávez y
el Comando Táctico de las acciones que se implementaron. De esa forma, AD y
COPEI refugiados en el Congreso Nacional – último bastión del poder
constituido- quedaron totalmente amarrados a las decisiones emanadas del
Ejecutivo Nacional.
El Decreto N°3, señalo varios elementos. Uno, que Hugo Chávez
no estaba dispuesto a dejarse arrebatar la dirección de la transformación. En
segundo lugar, fue un indicio del carácter inclemente en el trato hacia una
elite que ya lucia derrotada, sin objetivos claros y cuyos movimientos estaban
siendo determinados anticipadamente por el Ejecutivo. El tercer y más
importante elemento, esta basado en la circunstancia que el Artículo segundo
del decreto otorgaba amplias facultades al Ejecutivo en la determinación del
procedimiento a seguir en el referéndum.
Si la convocatoria al referéndum generó controversia, la realización del nuevo proyecto de Constitución y de país produjo mayores enfrentamientos. El primer punto de controversia ya había sido recogido en cierta forma por la prensa nacional, estaba referido al hecho sí la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) debía sólo formular una nueva Constitución – posición de la mayoría de los representantes de AD y COPEI- o si por el contrario, tal como sostenían Chávez y los partidos del Polo Patriótico, se debía proceder a una reestructuración de todo el poder constituido. La clave para determinar la direccionalidad del proceso lo constituyó las preguntas del referéndum del 25 de Abril, que establecieron las bases de convocatoria de la ANC. I). Fuente: www.geortown.edu : 03/03/2001:
Venezuela:
Bases Comiciales del Constituyente |
Para el referéndum consultivo sobre la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente a celebrarse el 25 de abril de 1999 Primero: Se considerará aprobada la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente si el número de votos afirmativos es superior al número de votos negativos.
Segundo: La Asamblea Nacional Constituyente estará integrada por 131 miembros y tendrá una conformación unicameral. A la Asamblea Nacional Constituyente sólo se elegirán representantes principales.
Esa convocatoria del 25 de Abril produjo la definición de la dinámica del proceso, quedando establecidas dos preguntas que se plasmaron en la boleta . Fuente www.geortown.edu:
Venezuela
Referéndum Results, April 26, 1999 |
Preliminary
Results: 95.5% of the vote counted as of April 29, 1999 at 3:13 PM local time
Total Votantes 3,983,202 =
37.84% |
Abstención 6,543,062 = 62.16% |
Primera Pregunta
¿Convoca usted una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de
transformar el Estado y crear un Nuevo Ordenamiento Jurídico que permita el
funcionamiento efectivo de una Democracia Social y Participativa? |
Segunda Pregunta ¿Esta
usted de acuerdo con las bases propuestas por el Ejecutivo Nacional para la
convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, examinadas y modificadas
parcialmente por el Consejo Nacional Electoral en sesión de fecha Marzo 24,
1999, y publicadas en su texto
íntegro, en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Numero 36.669
de fecha Marzo 25, 1999? |
Resultados:
SI: 3,500,746 92.36% NO: 289,718 7.64% |
SI: 3,259,812 86.43% NO: 511,715 13.57% |
Tal
como quedo demostrado, un total de 3.500.746 personas votaron afirmativamente
por la primera pregunta, es decir se estableció que el sentido que se le
imprimiría a la ANC sería el de la Transformación del orden, del status quo que
había prevalecido en Venezuela desde 1958. La segunda pregunta había generado
preocupación por su contenido, en ella estaba sustentada la verdadera raíz del
proceso de desplazamiento de la vieja elite política. Con la 2da pregunta
quedaban señaladas dos características esenciales: una, el número de miembros
de la ANC que serían elegidos por cada entidad federal, la aprobación del
referéndum siempre y cuando los votos afirmativos fuesen más que los negativos
y con ello se superaba el temor de no alcanzar el 50% de los votos que se había
sugerido fueran necesarios para aprobar la Constituyente; en segundo lugar,
señalaba la forma como debían ser postulados los candidatos, donde se hizo
especial hincapié en que fuera de forma personal a través de la recolección de
un porcentaje de firmas proporcional con el número de votantes de cada entidad.
Este factor estableció una limitante doble: por un lado, impidió a los partidos proponer candidatos en planchas –
práctica muy común durante la democracia populista- y por el otro, obligaba a
los partidos seriamente golpeados en las elecciones de diciembre de 1998 a
salir a recolectar firmas por sus candidatos. Lógicamente el más favorecido con
esto era el MVR, quién venía de una amplía movilización en la recolección de
firmas por el referéndum.
Sin
embargo, la segunda pregunta fue considerada violatoria de ciertas normativas
constitucionales y la Corte Suprema de Justicia determinó su modificación el 18
de marzo de 1999. El resultado de la convocatoria del 25 de abril de 1999, dejo
abierto el paso para la transformación de la sociedad venezolana siguiendo el
modelo que sugerían los miembros del Polo Patriótico.
El proceso
suscitado posterior a los resultados de la consulta del 25 de abril de 1999, permitió que Hugo Chávez y el MVR,
preparará el camino para el control y dominio del proceso constituyente. Entre
el 26 de abril – día siguiente del referéndum- hasta julio de ese año, se
construyó la red de poder que facilitó el control de la Asamblea Nacional
Constituyente por parte del Polo Patriótico.
Esas
bases de elección de la ANC, impedían objetivamente el acceso de los partidos
del status quo, al imponer la colocación de los símbolos partidistas en la
Boleta Electoral, identificando a los candidatos de AD y COPEI, quienes de esa
forma fueron objeto de una campaña que propendió a desprestigiarlos – aún más
de lo que ya estaban- y a ponderar las bondades y el compromiso social de los
candidatos del Polo:
¨´"Caballo de Troya,
invasores, enmascarados". Estos son algunos de los calificativos que han
recibido los candidatos independientes a quienes acusan de ser apoyados, de
bajo perfil o a la sombra, por los partidos AD, COPEI y Proyecto Venezuela a la Asamblea
Nacional Constituyente, pero con la salvedad de que no
los han postulado abiertamente”(El Nacional, 04/05/1999)
La estrategia del Polo patriótico fue más que
efectiva, al desarrollar una campaña que propendió al desprestigio y
minimización de los candidatos de AD y COPEI, obligándolos en algunos casos a
refugiarse en el “supuesto” carácter de independientes, para tratar de
sobrevivir en la dinámica política que estaba siendo inaugurada por Chávez.
La identificación de los
candidatos a través de la inclusión de símbolos de los partidos, fue solo la
primera parte de la estrategia diseñada para obtener la hegemonía en la
conformación de la ANC. Con esta primera fase en el diseño de la campaña, se
pretendía “identificar” a los candidatos del status quo, potenciando de esa
forma los candidatos del Polo Patriótico. Este objetivo, fue sin lugar a dudas
logrado. Los candidatos del Polo no solo fueron fácilmente identificados por
Chávez u otros personeros del gobierno, sino que además se ejecutó la 2da fase
de la estrategia: la elaboración de una especie de “chuleta” o MEGALLAVES DE
CHÁVEZ como se les conoció que identificaba los candidatos por la
circunscripción nacional y regional, arrastrando los votos del ciudadano hacia
ellos.
El
sistema estructurado en torno a las LLAVES DE CHÁVEZ, consistía en un diseño de
una simpleza extraordinaria: potenciaba los candidatos más fuertes de la
circunscripción nacional con aquellos que en las localidades regionales no
contaban con el apoyo requerido. El objetivo: lograr que los candidatos
nacionales – de mayor peso y reconocimiento- ejercieran un “efecto portaviones”
sobre los demás candidatos, de forma tal que la mayoría en la ANC quedará
asegurada. La efectividad del diseño quedo demostrado al observar la
proporcionalidad en la elección de la ANC, el Polo Patriótico obtuvo la mayoría
de los 24 miembros que fueron elegidos en la circunscripción nacional, con la
sola excepción de Alberto Francheschi, Jorge Olavarria, Alan Brewer Carías y
Claudio Fermín, quienes sí lograron ser elegidos a pesar de la campaña de
desprestigio y el lanzamiento de las Llaves de Chávez (Cuadro IXI). Fuente:
www.eud.com):
Este triunfo abrió las puertas para la ejecución del proyecto de país, dibujado por Hugo Chávez. Con 126 de los 131 miembros de la ANC cercanos a lo que sería el nuevo diseño constitucional, sólo quedaba por establecer las normas de funcionamiento y la mecánica de la Asamblea y la definición del alcance de la relación Poder Constituyente->Poder ConstituidoSe completaba un proceso de progresivo y efectivo desplazamiento de los espacios de poder de los factores políticos ligados al puntofijismo, y su sustitución por un nuevo agente social de manifiesta vocación popular (López Maya y Lander, 1999: 107-132).
NOTAS
[i] Al respecto la Encuesta
CIEPA-DOXA señalaba que la corrupción
administrativa era una de las cosas malas que la democracia había producido en
el país. Además, el 25.2 % de los encuestados, consideró la responsabilidad
social de los gobernantes en la situación experimentada. ( PEREIRA, 1994:
50-51).
[ii] Pueden consultarse los
trabajos de Romero1998,1999ª,1999b,2000a,2000b,2001 referidos al estudio del
discurso del poder en la historia de Venezuela, donde se señalan los elementos
característicos que permiten identificar este fenómeno en el proceso político
contemporáneo.
[iii] Por fenómeno Chavista
entendemos el proceso a través del cual Hugo Chávez y su agrupación política –
el Movimiento Quinta república (MVR)- pasan a obtener el favoritismo de la
población venezolana en detrimento de los partidos tradicionales,
desplazándolos del ejercicio del poder. La explicación causal de ese fenómeno
debe ser entendido dentro de una perspectiva de cambio histórico en
Latinoamérica y el nuevo papel asignado a los militares. Al respecto puede ser
consultado el trabajo de Romero et al (1999ª).
[iv] Teodoro Petkoff, líder
fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), organización política surgida al
escindirse un grupo de activistas del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en
la década de los años 70. Transformo esté partido en la cuarta fuerza política
en Venezuela. Sus opiniones tiene un peso específico en los sectores de la
izquierda liberal venezolana.
[v] CORDIPLAN, es un órgano del Estado Venezolano encargado
del diseño y planificación de los Planes Económicos y sociales. La
responsabilidad de este ente en la política financiera es determinante para la
sociedad venezolana.
[vi] Carlos Andrés Pérez, fue
uno de los líderes principales de Acción democrática (AD). Dos veces presidente
de la república (1973-1978/ 1988-1993). La tipificación del líder populista,
gozó de una prosperidad y bonanza económica en su primer mandato, producto de
la nacionalización de la industria del petróleo. Al ser electo para un segundo
mandato, no logró cumplir las expectativas creadas y se generó una revuelta
social (27-28 de febrero de 1989) que fue el preámbulo de los intentos de golpe
de estado de 1992, en donde participo Hugo Chávez.
[vii] La Corte Suprema de
Justicia (CSJ), denominada hoy Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) es el máximo
órgano de justicia en la sociedad venezolana.
[viii] La denominación de Polo
Patriótico, tiene un simbolismo característico del fenómeno chavista, por cuanto
la palabra patriota está asociada en Venezuela con la estructuración del
ejército libertador por parte de Simón Bolívar, con lo cual se establece una
analogía entre ambos.