Fichas didácticas |
Luis A. Ortega Ruiz
Las tesis tradicionales están ya ampliamente superadas. Estas se basaban en la conjura de judíos y witizanos o en la venganza del Conde D. Julián, gobernador de Ceuta, al ser su hija deshonrada por D. Rodrigo. Así la conquista musulmana de la Península Ibérica hay que enmarcarla en dos hechos fundamentales:
La penetración del poder musulmán en la P. Ibérica tiene lugar en el contexto de guerra civil entre los witizanos y D. Rodrigo (candidato apoyado por la nobleza)(1), por un lado y dentro del contexto de la expansión del Islám en aquellos momentos, por otro, siendo unacontecimiento más de la misma.
En 711 las tropas de Tarik, lugarteniente de Muza, (gobernador de Ifriquiya) cruzan el estrecho y aprovechando la ausencia de D. Rodrigo que estaba en el norte en una campaña contra los vascones, inicia la penetración sin resistencia de la población de Andalucía.
Esto corrobora los pactos con los witizanos y el apoyo de la población judía. Derrotado y muerto D. Rodrigo en Guadalete, llegan hasta Toledo que les abre las puertas (allí estaba Oppas. el hermano de Witiza)
En 712 se inicia la conquista sistemática: Muza pasa a Hispania con más contingentes y va tomando las principales ciudades Sevilla, Carmona, Mérida, Toledo, Zaragoza, Pamplona, donde llegaron en el 714 . Tariq y Muza en ese año se dirigieron hacia Damasco para dar cuenta de su actuación y al frente del gobierno quedaba Abd al-Aziz que aumentó las conquistas peninsulares hasta Zaragoza y Coimbra. Sus sucesores llegarón a Barcelona en 718 y a Toulouse en 721.
En los primeros momentos los musulmanes no innovan, al igual que lo habían hecho en otras zonas conquistadas (bizantinas y persas) aceptan la organización existente y se superponen a ella; de hecho sustituyen a los reyes visigodos y, como ellos, encontrarán dificultades para asegurar el dominio en las zonas del norte del la Península.
Los dominios visigodos de las Galias no fueron ocupados hasta el 720: Al Samh entró en Narbona y puso fin al dominio del noble Ardón en esas tierras. Los intentos de penetrar en Aquitania fracasaron por las divisiones del islam, a pesar de la ayuda prestada por nobles francos enemistados con Carlos Martel, quien derrotó a los árabes en Poitiers. Esto supuso en breve plazo el repliegue de los árabes a los Pirineos, tras el avance franco en el sur de Francia por Pipino el Breve ( el padre de Carlomagno) en Septimania y Provenza.
Los primeros 50 años de la historia del Al Andalus, hasta la fundación del Estado Omeya , se caracteriza, fundamentalmente, por dos hechos fundamentales:
Por las armas: Una vez vencida una plaza se firmaba capitulación, la población no podría abandonar la ciudad y perdían sus bienes, que pasaban a ser parte del botín y entraban en servidumbre.
Por pactos: bien con la población (caso de Mérida, de Sevilla, de Córdoba). Las ciudades conservaron así sus leyes, su organización política, su religión y eran sometidas al pago de impuestos que la ley musulmana imponía a los no musulmanes. O bien con particulares, de los que conocemos casos como el de Teodemiro: funcionario visigodo que gobernaba una amplia zona de Murcia y Alicante. Conservó sus riquezas, su poder y sus posesiones eran hereditarias, pasaron a su hijo Atanagildo. A cambio, tenía un vínculo de fidelidad personal con los árabes.
Caso similar sería con los sucesores de Witiza- que según la Crónica Mozárabe, fué en el s. VIII la máxima autoridad reconocida por los árabes sobre la población cristiana y que ostentaba la dignidad de "comes de Al-Andalus" y "príncipe de los españoles sometidos" y era el encargado de recoger la tributación territorial.
Los particulares conservarían sus bienes patrimoniales, y sólo se confiscarían los bienes de los muertos, los huídos y de la Iglesia.
Las tierras tomadas por las armas fueron repartidas: un quinto (jums) pasó a manos del estado y el resto se repartió entre los conquistadores siguiendo dos modalidades: en pleno dominio o como una cesión por parte del estado, que implicaba el usufructo de éstas (IQTA territorial), una especie de "beneficio".
En cuanto a las modalidades de asentamiento de los musulmanes es un tema poco conocido por la historiografía actual. Pero parece que hay unanimidad en su distribución geográfica:
- Los árabes (baladiyum) venidos con Muza se instalaron en zonas de llanura, en torno a los valles de los grandes ríos y en lugares próximos a las costas mediterráneas andaluzas y en las huertas levantinas. Cogieron las mejores tierras.
- Los bereberes se quedaron en lugares más afines con su antiguo hábitat marroquí, ocuparon zonas de elevada orografía, tanto en el centro .-sistema Central, Extremadura- como en Andalucía -Serranía de Ronda, Cord. Penibética, el Algarve...
- Los sirios procedentes de los "yund" -acantonamientos militares de Siria o Egipto- que pasaron a la península para ayudar a reprimir la sublevación de los bereberes del 741, fueron asentados en zonas del sureste de Andalucía, de forma muy similar a la situación que anteriormente tenían en sus países de origen.
Notas
1. Durante los últimos años del reino visigodo se reforzó la tendencia que convertía al monarca en el mayor propietario de bienes raíces con hombres dependientes y de metales preciosos transmisibles por vía hereditaria. Lo mismo había ido sucediendo con miembros de la alta nobleza que pretendían transmitir por vía hereditaria bienes muebles, inmuebles y cargos. El Reino Visigodo estaba inmerso en un proceso de feudalización. La Guerra Civil se debido a las pretensiones al trono de D. Rodrigo y de los hijos de Witiza -éste había sido nombrado sucesor por su padre Egica-. Las fuentes son confusas en cuanto a la información de la conquista musulmana. Además no era la primera vez que se llamaban a tropas extranjeras en apoyo de uno u otro bando (bizantinos con Atanagildo para deponer a Achila I, la de Hermenegildo contra su padre Leovigildo, la de los francos que apoyaron a Sisenando contra Suintilla, la de los Vascones contra Recesveinto la alianza de Paulo con los vascones y francos contra Wamba.