Frente a la idea base del comunismo y punto primero del programa de Proxágora, la comunidad de bienes, Aristófanes nos provoca la risa con una absurda burla, que además es doble: la comunidad de mujeres y de niños, entendidos por tanto en función de la oposición como bienes. La fórmula de todo de todos para todos por todos se aplica también a mujeres y niños como si también fuesen objetos (vv. 614-615, 636-637):
Prax.: Que también a ésas las hago comunes a todos los hombres, para que el que
quiera se acueste con ellas y les haga un hijo. (614-615)
Prax.: Tendrán por padres a todos los que sean mayores que ellos según sus años de
edad. (636-637)
Hay que constatar que, si el gobierno de las mujeres en sí mismo es absurdo y que un utópico comunismo de mujeres, refrendado por las asambleístas de acuerdo con su decreto, puede ser el colmo de la utopía, el summum , el no va más, resulta de la idea de que en un gobierno comunista femenino las mujeres no se consideren a sí mismas como ciudadanas, como individuos principales de la comunidad, sino que, aparte de trabajar como administradoras y hacer las cenas, también son propiedad común, de un modo paralelo al "erario común" un "harén común". Aristófanes ridiculiza aquí la posible inteligencia de las mujeres, plasmada en su programa político: las mujeres, de por sí pasivas y marginadas en la vida política y social griega, en Las Asambleístas, emprenden un papel activo y revolucionario en lo político, mientras que permanecen en un papel pasivo en lo referente a la cuestión sexual, son un objeto común de deseo. Además con su planteamiento rompen toda posibilidad de amor, como existía en la sociedad de entonces que más abajo se explican, al menos dentro de unas coordenadas de amor fiel entre una pareja. Las razones nos las da Dover: Aristófanes rompe con su utopía femenina con esta contradicción de acuerdo con dos motivos: la relación mujer-propiedad y la relación mujer-matrimonio. La mujer no estaba interesada en la adquisición o disposición de propiedades, de hecho no podía hacer testamento ni podía entrar a formar parte de ningún contrato. Por otra parte la mujer al casarse lleva consigo una dote, la mujer al casarse es el medio a través del cual su padre le transmite parte de su propiedad a su nieto, al mismo tiempo que se deshace de los gastos que supone una hija. Por otro lado la mujer casada en muchas ocasiones no sentía la propiedad de la casa como algo suyo, ya que la función administrativa de la misma, que en teoría era ocupada por la mujer, en muchos casos se veía desempeñada por esclavo, quedando la mujer entonces como un mero objeto decorativo y de deseo. Así pues el matrimonio no era producto del enamoramiento, sino que era un mecanismo de transmisión de la propiedad. Esta es la causa que hace que comunidad de bienes y comunidad de mujeres converjan como salidas afines, sin embargo el absurdo de que una mujer se considere a sí misma un objeto, o lo que es todavía más grave, el que el colectivo femenino en el poder se consideren objetos, debió ser gran motivo de risa, máxime si son ellas las que mandan. No obstante el absurdo viene incrementado por la restricción impuesta por la comunidad de mujeres: un hombre, antes de poder disfrutar de los favores de una mujer guapa y joven, tendrá que satisfacer los deseos de una mujer vieja y fea: al mismo tiempo se aplica una restricción a las mujeres: la que quiera satisfacer sus ansias con un hombre apuesto y joven, deberá antes prestar sus encantos a un hombre viejo y feo (vv. 617-618 y 626-629):
Prax.: Las más vulgares y más chatas se sentarán junto a las más espléndidas, y luego, si uno desea a la que tú dices, primero sacudirá a la fea.(616-617)
Prax.: No, porque los menos agraciados vigilarán a los más guapos cuando se vayan retirando de la cena y los observarán en los lugares públicos; y no les será permitido a las mujeres dormir al lado de los guapos antes de haber concedido sus favores a los feos y a los bajos. (626-629)
Si la escena causa risa es por lo grotesco de la situación que luego, en la segunda parte de la obra se pondrá aún más de manifiesto en la escena de las viejas y la joven que se "rifan" el disfrutar de los encantos de un apuesto joven: no hay lugar por tanto para el amor.
Al mismo tiempo la comunidad de hijos se plantea como una escena grotesca, burlesca y paródica, llena de alusiones a personajes de la época no de muy buena fama y alusión a una "costumbre" de ahorcar al padre. El absurdo de que todos los hombres mayores sean padres de todos los niños que nazcan es terrible, sobre todo, cuando en toda época y lugar (en especial cuando la mortalidad infantil es grande), lo que más enorgullece a un individuo es su prole, sobre todo la de sexo masculino, al menos en esta época. Frente a la idea de mujer como objeto, no cabe aquí una idea de prole como un objeto, como un bien del que todos pueden tomar parte, ya que cada individuo es diferente, y lo es por ser de determinados padres. Lo que pienso que este absurdo parece sugerir es una exageración o una radicalización del ideal de estado espartano que, como ya he indicado, afloraba en los planteamientos filosófico-políticos de determinados pensadores y eruditos de la época. Más absurdo sin duda resultaría la escena para el espectador de entonces por las alusiones aquí veladas y que para él serían fáciles de reconocer.
Roberto Lérida (IES Serranía Baja, Landete -Cuenca-) Proyecto Clío