Número 37 - 2011

 

Depósito legal: M-9276-1998  I.S.S.N.: 1139-6237

Grupo Proyecto Clío:

Chimo Soler

Luis A. Ortega

Mª Pilar Rivero
( área de Didáctica de las Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, Universidad de Zaragoza, c/Valentín Carderera 4, 22003 Huesca.)

Diego Sobrino(comunicación y redes sociales)

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Red Iris

Retrato canalla del malestar docente. Una defensa inteligente y mordaz del actual sistema educativo frente a los tópicos anti-LOGSE


portadaAitor Pérez Blázquez.
Profesor de Educación Secundaria (IES Valle del Azahar)
wallenstein77@gmail.com

     
Romera, J.J. Retrato canalla del malestar docente. Una defensa inteligente y mordaz del actual sistema educativo frente a los tópicos anti - LOGSE, Toro Mítico, Córdoba, 2010 / ISBN: 978-84-96947-73-3 / DL: J-231-2010 /Número de páginas: 309.

Por suerte o por desgracia, se nos presupone a la mayoría de los docentes una gran ilusión y vocación a la hora de trabajar. Sin embargo, según pasan los años, corremos el riesgo de perderla, bien porque nos encontramos con grupos y alumnos que no podemos o sabemos “controlar”, o quizá, porque nunca hubo tal vocación. Es precisamente de estas cuestiones, de lo que trata el libro de Juan José Romera López, profesor de Lengua y Literatura en el IES Valle del Azahar de la localidad malacitana de Cártama Estación.

La obra en cuestión está estructurada en forma de una serie de emails entre un joven profesor, que acaba de llegar a la docencia, y su “madre”, profesor veterana con años de servicio a sus espaldas.. De esta manera, en teoría, asistimos a un intercambio de opiniones vía email(1). Sin embargo, únicamente tenemos parte de la información, ya que el autor, a la sazón editor de esta recopilación “epistolar”(2) solo recoge las respuestas de ella hacia su inexperto hijo y compañero de profesión. Por lo tanto, el lector se ve en la obligación de inferir cuales han sido, en ocasiones ofensivas, opiniones sobre el sistema educativo o cierto grupo o sectores de docentes. La obra recoge un total de cincuenta y ocho correos, junto con cuarenta y una “glosas”.

 

Es en estas donde el autor aprovecha para explicar y matizar las respuestas de la veterana docente a su hijo, es decir, lo que el autor en realidad quiere decir, para desmontar todos los tópicos, algunos inocentes, otros interesados, existentes sobre la LOGSE y por extensión, la LOE. En los emails de ella, no hace mas que recoger un sentimiento antisistema que a cualquier docente le puede recordar a ciertos compañeros de claustros; refractarios a cualquier tipo de cambio legal o incluso “insumisos” a la normativa en vigor, incluso aunque eso afecte a los alumnos.

Para lograr esto, el autor recurre a una fina ironía, colocándose en la posición de la profesora “objetora”, que se resiste a abandonar un sistema donde solo importaba la adquisición de una serie de contenidos y que a partir de la LOGSE, se substituyo por un sistema mas inclusivo y basado en el dominio de destrezas y procedimientos básicos, además de actitudinales. Es decir, en un sistema donde los contenidos poco a poco han ido perdiendo importancia y, donde lo que realmente importa es que el alumno pueda salir adelante siendo él mismo el protagonista de su aprendizaje.

El desarrollo del libro se  enmarca a lo largo de un año académico. Desde  el inicio se puede apreciar la desgana de la protagonista, el hastío. A  partir de este punto de inicio, se tratan una serie de cuestiones que quien lleve cierto tiempo en la docencia habla escuchado en mas de una conversación en la Sala de Profesores, como puede ser el desconocimiento, por ignorancia o consciente de las TIC(3), junto con una actitud negativa, incluso en ocasiones rozando el desprecio, hacia el alumnado.

Se señala la reticencia, cuando no hostilidad directa, a cualquier tipo de criterios pedagógicos a la hora de establecer cualquier tipo de actuación en los centros, incluso de clasismo entre funcionarios de carrera, con todos los derechos adquiridos, frente a los interinos, que según la protagonista, B, apenas se tienen que conformar con las migajas, al no ser funcionarios de carrera. De esta manera, el autor hace referencia a la división que se puede dar, en especial en los centros más grandes, llegándose al caso, según lo que escribe el autor, a darse distintas “castas” entre miembros del mismo claustro.

El problema es cuando en un mismo claustro, nos podemos encontrar a docentes de diferentes cuerpos, es decir, profesores y maestros, que con la LOGSE pudieron desarrollar su actividad en 1º y 2º de la Educación Secundaria Obligatoria. En este punto, el autor se posiciona a favor de la integración plena de todos los docentes, con independencia de a que cuerpo pertenezcan, lo cual aun cayendo en el clasismo que denuncia el autor, consideramos que no tiene mucho sentido al ser dos carreras universitarias enfocadas hoy día a objetivos distintos.

A partir de este punto, es cuando se denuncia el mito de la “Arcadia Feliz” de los años 70 y 80, que se acabó con la llegada de la “funesta LOGSE”. A partir de aquí, el autor desgrana las diferentes leyes que se han dado en nuestro país en los últimos años, para desmontar la falacia de la caída de los contenidos a favor de los procedimientos. Rechaza de esta manera, la forma de evaluar esos contenidos, a través de simples pruebas teóricas y memorísticas, que a pesar de todos los alegatos y panfletos antipedagógicos, siguen siendo la base de cualquier “prueba objetiva de conocimiento”. Pruebas que no aportan nada más que memorismo, en un momento en el que la sociedad ha evolucionado, pasando de la industrial a la digital o de la información.

Al poner en relación los resultados de los Informes PISA con los países de nuestro entorno, se puede sacar la conclusión, que quizá el problema no se encuentra en que el alumnado sea peor que hace veinte o treinta años y en cambio sea producto de ese colectivo de docentes refractarios a la nueva situación. Se aprecia por tanto el contraste entre unos institutos donde llegaban, al menos en teoría, los que querían estudiar a unos centros donde tenemos que “acoger” hasta los dieciséis a todos los alumnos, con independencia de cuales sean sus situaciones personales.

Quizá el problema para estos “refractarios” no sea tanto el reto de enfrentarse a alumnos difíciles(4), que los ha habido desde la Grecia clásica y si el tenerse que enfrentar a un alumnado al que se le debe prestar una atención lo mas personalizada posible, lo cual a su vez implica, el tenerse que preparar no una clase, sino materiales para cada grupo al que se imparta docencia, y para los diferentes niveles que nos podemos encontrar en la realidad de las aulas. No sirven, por tanto, las clases magistrales del antiguo BUP y COU. En síntesis, ya no vale con prepararse una única clase o seguir con los apuntes dados todos los años. Cada día hay que trabajarse los materiales, los recursos, los procedimientos con los que trabajaremos en el aula con nuestros alumnos. Quizá ese sea el mayor reto, además de nuestro trabajo en la actualidad.

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(1)  No nos podemos resistir a señalar el paralelismo entre Montesquieu y sus Cartas Persas o José Cadalso y sus Cartas marruecas.

(2)    El autor con este recurso realiza un juego similar al realizado por Umberto Eco en El nombre de la Rosa.

(3)    Tecnologías de la Información y la Comunicación.

(4)    En cuestión de minutos podemos encontrar en Internet citas de filósofos clásicos que denunciaban la inmadurez y la falta de educación y valores de la juventud.