Reseña |
Marcos Ferreira Navarro, investigador independiente (nocho.historia@gmail.com)
Ficha técnica:
Referencia Bibliográfica: Garciá, E.J. (8 de agosto del 2014). Yugoslavos. [Archivo de vídeo]. Recuperado de:
http://yugoslavos.blogspot.com.es/2014/08/documental-yugoslavosversion-mp4.html
Título- Yugoslavos
Director- Eduardo J. García & Ivana Stojak.
Guión- Eduardo J. García & Ivana Stojak.
Edición- Eric Rodríguez.
Productora- Yugoslavos.
Año- 2014
Enlace a la web del documental-
http://yugoslavos.blogspot.com.es/2014/08/documental-yugoslavosversion-mp4.html
La propuesta de los autores del documental Yugoslavos es una reedición de teorías y explicaciones ya puestas sobre la mesa por diferentes autores como Noam Chomsky (Chomsky, 1999; Chomsky, 2000), Michel Parenti (Parenti, 2000)1 , Edward S. Herman (Herman, 2007), David Gibbs (Gibbs, 2009), Kate Hudson (Hudson, 2003), Trivo Indjić (Indjic, 1997) , Diana Johnstone (Johnstone, 2002) , Stephen Karganović o Michel Collon (Collon, 1999). Todos estos autores defendieron, en mayor o en menor grado, que la desaparición de Yugoslavia se debió a un complot internacional-imperialista y que las acciones, crímenes y atrocidades del bando serbio han sido exageradas por los media y cancillerías occidentales, mientras que las actos y crímenes de los demás bandos (esloveno, croata, musulmán de nacionalidad y albanés) han sido escondidos, infravalorados e incluso justificados por esos mismos media y cancillerías occidentales. Existiendo algo de verdad en este argumento, todos estos autores se han visto obligados (por los hechos) a reconocer, aunque siempre quitando hierro al asunto, la responsabilidad del bando serbio. Sin embargo, los creadores de Yugoslavos han ido un paso más allá en su intención de defender la teoría internacional-imperialista al omitir cualquier responsabilidad serbia en las Guerras de Secesión de Yugoslavia, achacando la responsabilidad al otro.
El documental comienza con un rápido punto de la situación en la que Yugoslavia se encontraba en 1989 y 1990. Claro, que uno debe suponer que hablan de Yugoslavia, porque en ningún momento se hace referencia a que se habla de dicho país. Más grave aún, no sé establece el contexto que antecede al tema principal del documental. ¿Qué y cómo se formó Yugoslavia? Esa pregunta no es respondida en ningún momento, dejando al espectador del documental que no sepa nada sobre el tema con una laguna que tendrá repercusiones en todo el desarrollo del documental.
Después de esta breve introducción sobre el contexto de Yugoslavia poco antes de su desaparición, se explica cómo “Yugoslavia fue destruida desde Washington”. Para reforzar esto se cuenta con los argumentos de los entrevistados. Así, Diana Johnstone dice que ella cree que mucha gente en Yugoslavia quería mantenerla unida, pero que EEUU lo impidió. El cómo y por qué, Johnstone no es capaz de decirlo 2. Otro experto dice que EEUU quería destruir Yugoslavia porque era el único país que no había abjurado del Socialismo, sin poder explicar por qué las medidas del ejecutivo de Ante Marković estaban en la línea de las medidas de Jeffrey Sachs y su doctrina del choque.
Claro está que EEUU no estaba sola en su objetivo de destruir Yugoslavia. Alemania y Francia también formaban parte de la maquinación. Todos estaban contra Yugoslavia o contra Serbia, que para los autores del documental es lo mismo. Es cierto que la comunidad internacional jugó un papel importante en la desaparición de Yugoslavia, pero eso no es lo mismo que tener un plan coherente y bien trazado para destruir un Estado, tal y como los autores del documental sugieren. No se debe olvidar que las principales razones de la desaparición y las Guerras de Desintegración de Yugoslavia se encuentran dentro de Yugoslavia y no fuera de ellas, por mucho que los autores quieran dar la visión contraria.
Sin embargo, este plan no podría haber triunfado de no ser por la existencia de traidores internos que querían ver a Yugoslavia destruida. En este momento se comienza a tratar la colaboración de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo para romper Yugoslavia. Tanto Croacia como Eslovenia se prepararon para su independencia, tanto en términos jurídicos modificando sus textos constitucionales y legales para situar las leyes de sus Repúblicas por encima de la Federación, como en términos militares, adquiriendo armamento en el mercado negro y preparando Fuerzas Armadas y Policiales que pudieran hacer frente a un posible enfrentamiento con el Ejército Popular Yugoslavo. Ahora bien, aceptando estos hechos y la responsabilidad de Eslovenia y Croacia en el fin de Yugoslavia y en las Guerras de Secesión de Yugoslavia, lo que no es aceptable es no hacer ni la más mínima referencia al papel de Serbia en esos mismos hechos. Y mucho menos es aceptable que uno de los ponentes en el video diga que es un insulto a la inteligencia decir que los serbios no atacaron a pueblos indefensos
Como no podía ser de otra forma, la información sobre la Guerra de Bosnia-Herzegovina también se muestra sesgada. El mejor ejemplo sobre el sesgo y la manipulación con la que los autores nutren el discurso se puede observar en el tratamiento de la masacre de Srebrenica y en los atentados al mercado de Sarajevo (Markale). Comenzando por estos últimos, los autores simplemente se refieren al atentado del mercado de Sarajevo, pero no especifican a cuál de ellos se refieren. ¿Es el atentado de febrero de 1994? O ¿es el atentado de agosto de 1995? En segundo lugar, los autores simplemente dicen que la autoría del atentado del mercado de Sarajevo fue otorgada injustamente al bando serbio con el objetivo de criminalizarlos. Si bien es cierto que sobre la autoría de estos atentados existe cierta controversia, los autores ni tan siquiera se muestran interesados en intentar apoyar sus tesis con argumentos a favor como lo escrito por Michel Rose sobre que habían sido el bando musulmán en ejecutar el primer atentado (Fish, 2014) o que tanto Momčilo Perišić, como Dragomir Milošević fueron exculpados por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia de un fallo previo que los culpaba del segundo atentado en el mercado. Si los autores ni tan siquiera se molestan en presentar argumentos que respalden sus análisis, mucho menos van a presentar hechos como las declaraciones de David Harland sobre la responsabilidad del bando serbio en el segundo atentado (Sense Tribunal, 2007) o la condena del TPIY sobre Stanislav Galić a veinte años de prisión por, entre otros delitos, el primer atentado al mercado de Sarajevo (ICTY 2003; ICTY 2006). No obstante, más grotesca aún es la interpretación sobre Srebrenica. Para defender su tesis, los autores usan el testimonio de uno de los expertos. Este experto comenta que la masacre no fue tal masacre, que el número de ejecutados no es de ocho mil muertos, sino de unos cientos y que esas ejecuciones fueron ordenadas por un oficial de grado medio, pero que Mladić de eso no sabía nada3. La interpretación de la Guerra de Bosnia es grotesca e inadmisible porque coloca la responsabilidad de la guerra en el otro, en este caso el bando musulmán (el bando croata de la guerra apenas se menciona).
Para cerrar el tema de Bosnia y enlazar con la Guerra de Kosovo, los autores deciden crear una especie de puente, en donde denuncian el estatus “colonial” de la actual Bosnia y Herzegovina, al tiempo de la existencia de tensiones internas entre los grupos étnicos del Estado bosnio. Quizás estos pocos minutos sean la única parte potable del documental. La ligación entre Bosnia y Kosovo se establece en el sentido de si la Comunidad Internacional se esforzó tanto en mantener la integridad territorial de Bosnia y Herzegovina, ¿por qué Serbia no podía mantener la suya con Kosovo? A partir de este momento, la máquina de propaganda comienza a funcionar como una bola de demolición. El tema de Kosovo se comienza con una declaración sobre que los albaneses emprendieron una campaña de persecución contra los serbios para provocar su huída hacia Serbia y así conseguir una tierra totalmente mono-étnica dominada por los albaneses. Los albaneses quemaban campos, bosques, ganados, reservas de agua potable y cometían todo tipo de delitos y crímenes para expulsar a los serbios de Kosovo. El mismo experto argumenta que los albaneses fueron totalmente desagradecidos respecto al gobierno serbio y yugoslavo, los cuales le otorgaron un gran conjunto de derechos económicos, políticos, sociales y culturales. No obstante, es en esta parte de Kosovo, donde el documental se muestra más objetivo. El asunto de la Conferencia de Rambouillet y la posterior Operación Fuerza Aliada son tratadas con rigurosidad, quizás porque aquí la rigurosidad juegue a favor del discurso presentado por los autores a lo largo de todo el documental
Otro asunto candente que se trata en el documental es la parcialidad del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Los autores sostienen que el Tribunal está totalmente viciado contra el bando serbio. No negaré esta posibilidad en base a la absolución de personajes tales como Ante Gotovina o Ramush Haradinaj o al hecho de que la mayor parte de los juzgados fueran de nacionalidad serbia. Ahora bien, la denuncia de parcialidad no se hace con el objetivo de buscar una explicación imparcial y verídica al porqué de dicha parcialidad, sino se hace para defender que tanto Slobodan Milošević, Ratko Mladić y Radovan Karadžić han sido procesados y están siendo juzgados (los dos últimos) de forma injusta. En otras palabras, se vuelve a producir una flagrante manipulación de los hechos para que éstos encajen en el discurso defendido en el documental.
En fin, Yugoslavos es un gran ejemplo de cómo no se debe hacer una investigación histórica y de cómo no se debe hacer un documental y es ahí donde reside su valor pedagógico y didáctico. Los autores tenían la oportunidad de construir un documental con un discurso diferente, con un discurso en donde intentasen demostrar que Serbia no fue la única responsable por el fin de Yugoslavia y las Guerras que le siguieron. Sin embargo, el producto final no deja de ser una cinta propagandística que no aporta nada al estudio y a la comprensión de las Guerras de Secesión de Yugoslavia.
Bibliografía:
Becker, R. (1999) .The Rambouillet Accord: A Declaration of War Disguised as a Peace Agreement. International Action Center. Recuperado de: http://www-personal.umich.edu/~lormand/agenda/9905/16.pdf
Collon, M. (1999). El Juego de la mentira: las grandes potencias, Yugoslavia, la OTAN y las próximas guerras. Hondarribia: Argitaletxe Hiru.
Chomsky, N. (2000). The New Military Humanism: Lessons from Kosovo. Monroe, ME: Common Courage Press.
Chomsky, N. (1999). A New Generation Draws the Line: Kosovo, East Timor and the Standards of the West. Londres: Verso.
Fish, J. (5 de febrero de 2014). Sarajevo massacre remembered. BBC. Recuperado de: http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/3459965.stm
Ferreira Navarro. M. (2013). Documentary: The weight of chains. CLIO. History and History teaching, (39).
Gibbs, D. (2009). First do no harm: humanitarian intervention and the destruction of Yugoslavia. Nashville: Vanderbilt University Press.
Herman, D., Peterson, D. (2007) The Dismantling of Yugoslavia (Part I): A Study in Inhumanitarian Intervention (and a Western Liberal-Left Intellectual and Moral Collapse. A Study in Inhumanitarian Intervention (and a Western Liberal-Left Intellectual and Moral Collapse). Monthly Review, 57 (5).
Hudson, K. (2003). Breaking the South Slav dream: the rise and fall of Yugoslavia. Londres; Sterling, VA : Pluto Press.
Karganovic, S. (2011). Deconstruction of a virtual genocide: an intelligent person's guide to Srebrenica. Den Haag : NGO Srebrenica Historical Project.
ICTY. (2006). Prosecutor v. Stanislav Galić. Judgement. Recuperado de: http://www.icty.org/x/cases/galic/acjug/en/gal-acjud061130.pdf
ICTY. (2003). Prosecutor v. Stanislav Galić, Judgement and Opinion. Recuperado de: http://www.icty.org/x/cases/galic/tjug/en/gal-tj031205e.pdf
Indjic, T. (1997). La Historiografía en la comunidad multiétnica: el caso de Yugoslavia. Ayer (26), pp. 81-96.
Johnstone, D.(2002). Fools' crusade: Yugoslavia, NATO and western delusions. Londres: Pluto Press.
Parenti, M. (2000). To Kill a Nation: The Attack on Yugoslavia. Londres: Verso.
Sense Tribunal. (16 de enero de 2007). The second markale massacre myth. Sense Tribunal Agency.
2 Sin embargo, Johnstone tiene un punto de razón. Las políticas de Ante Marković, así como su figura gozaban de gran popularidad en el año 1990. Además, durante la década de 1980, mientras la crisis económica se hacía cada vez más aguda en Yugoslavia y los ejecutivos federales intentaban instaurar medias capitalistas, la clase obrera de Yugoslavia se unió para defender uno de los elementos clave de Yugoslavia, no sólo desde el punto de vista económico, sino también desde el punto de vista del nation-building: el socialismo autogestionario. No obstante, tampoco se puede negar que en las elecciones republicanas, más allá de toda la hegemonía y manipulación ejercidas por estas élites, la opción nacionalista fue la escogida por la mayor parte de las poblaciones de las repúblicas, lo que quería decir que la mayoría de la población yugoslava consideró que Yugoslavia ya no era viable como Estado.
3 Sobre la masacre de Srebrenica existe también fuerte controversia. Sin embargo, los autores no deciden tratar el contexto previo de Srebrenica que es donde pueden señalar algunas razones que llevaron a la masacre de 8.000 musulmanes de nacionalidad por parte de las tropas del Ejército de la República de Srpska. Un documental interesante sobre los acontecimientos que llevan a la masacre de Srebrenica es A Town Betrayed, estrenado en 2011 y que también levantó una gran controversia.