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La perspectiva en la pintura italia del Quattrocento.
Elena Sarnago
EL ESTUDIO DE LA PERSPECTIVA FUERA DE FLORENCIA
Cuando en Florencia las investigaciones matemáticas son desplazadas por las iconográficas, MANTEGNA (1431-1506) desarrolla hasta sus últimas consecuencias el estudio de la perspectiva. Es el pintor más importante del norte de Italia durante el siglo XV. Su trabajo se centra en Padua, Verona y Mantua. En Cristo muerto (Pinacoteca Brera, Milán, h. 1474) la figura aparece en un impresionante escorzo. Supera la rígida estaticidad monofocal ya que Cristo puede contemplarse desde varios lugares, debido al uso de puntos de fuga múltiples. La figura parece salirse de la obra hacia el espectador. En la Pala de San Zenón (Iglesia de San Zenón, Verona, 1459) la arquitectura del retablo finge confundirse con lo real. Las guirnaldas que cuelgan de las columnas marcan el principio de lo figurado. La iluminación coincide con la luz real, por lo que MANTEGNA crea una ventana para lograr ese efecto. Trata de superar el concepto rígido de plano pictórico alineando las figuras en una perspectiva que continúa más allá de la ventana, perdiéndose en el paisaje de la laguna de Mantua. El colorido está influído por la pintura veneciana.
En la transición entre Quattrocento y Cinquecento que culmina con el Manierismo aparece la perspectiva ilusoria. Se trata de engaños ópticos (los llamados trompe-l´oeil) que hacen ver aquello que en realidad no es. En la decoración de la Cámara de los Esposos (Palacio Ducal, Mantua, 1471-1474) MANTEGNA intenta dar profundidad al campo visual. Las escenas son de carácter cortesano ya que se trata de la representación de los Gonzaga, que encargan los frescos. Se representa a todos los miembros de la familia con sus mejores galas. Aparecen en una loggia o pasillo al aire libre, adornado con vegetación. Destacan las figuras del duque Ludovico, rodeado de sus consejeros, y de su esposa. Bajo el asiento del duque, un perro simboliza la fidelidad de la corte hacia su señor. La zona más conocida es la que corresponde al Óculo fingido. La estructura cuadrangular de la sala lo justifica. MANTEGNA concibe las decoraciones como si el espectador las viera desde el centro de la sala. Por ello, al cambiar la orientación de su mirada había de cambiar también la perspectiva. Al mirar al techo, se ve un pórtico fingido y una falsa linterna rompiendo los límites reales de la arquitectura. La escena se concibe como un espacio fingido en el que se desarrolla una acción. Alrededor del óculo se dispone una decoración en ajedrezado, muy apreciada por los artistas contemporáneos debido a la dificultad en la proyección geométrica que implica. Estas pinturas ensalzan el valor de la fiesta y la decoración es una auténtica escenografía.
En el ambiente napolitano se forma ANTONELLO DA MESSINA (h. 1430-1479). En 1474 viaja a Venecia donde conoce la técnica flamenca de la pintura al óleo. Es el principal seguidor de esta pintura en Italia. En sus obras estudia la correlación entre luz, perspectiva y figura. En San Jerónimo en su estudio (National Gallery, Londres, h. 1474) la profundidad la dan los objetos y la gradación proporcional de sus dimensiones según la distancia. Aunque este cuadro no tiene gran relación con la pintura toscana, está concebido según el pensamiento humanista. El santo no es un ermitaño en una celda sino un estudioso en su escritorio, rodeado de libros. San Jerónimo aparece en un amplia sala abovedada, divisándose a través de las lejanas ventanas un paisaje que se pierde en la distancia. Alejándose de las representaciones clásicas, reproduce una arquitectura gótica. Se aprecia un gusto por el detallismo en la representación de los objetos desperdigados por la estancia. El uso de la pintura al óleo da mayor brillo y profundidad al cuadro.