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La agricultura, era la actividad básica, se basó en el cultivo de cereales, vid, olivo, frutas y hortalizas. Los romanos construyeron embalses y acequias para el riego, usaron el arado con reja de hierro y el barbecho. El barbecho es una técnica agrícola que consiste en dejar una parte de la tierra sin cultivar cada año, para que así el suelo se regenere y acumule materia orgánica y humedad. Para obtener la harina utilizaron molinos de agua y prensas para el vino y el aceite.
En los inicios de Roma la propiedad de la tierra estaba en manos de pequeños propietarios libres y de algunos grandes propietarios en cuyos latifundios utilizaban esclavos. Con la expansión los grandes latifundios proliferaron por los territorios conquistados por Roma, mientras que fueron desapareciendo los pequeños propietarios. El centro del latifundio era un conjunto de edificaciones llamado villa. Muchas de estas villas a partir del siglo III se hicieron residencias permanentes de grandes familias ricas que construyeron en ellas suntuosas mansiones.
En la época alto imperial (siglos I y II), el cese de las guerras de conquista, provocó la escasez de esclavos y muchos propietarios debieron recurrir a colonos libres que recibían la tierra en arriendo.
La producción artesanal era otra actividad económica importante. Se desarrollaba en las ciudades, donde se encontraban los talleres, y sorprende la gran variedad: talleres de tejidos, joyerías, perfumerías, panaderías, talleres de vidrio, herrerías, cuero, de eleboración de objetos de bronce, cerámicas... Esta actividad artesanal se extendió por todas las ciudades del Imperio, que se fueron especializando en determinados productos y permitieron un floreciente intercambio.
La organización de la producción se basaba en el pequeño taller artesano. En la mayoría de los casos trabaja el dueño del taller, generalmente liberto, con uno o dos esclavos. Pero también había numerosas empresas de tipo medio que ocupaban entre cinco y diez hombres. El taller (officina) servía también de tienda (taberna) y era una estancia de la casa del artesano abierta a la calle.
En algunos casos, especialmente en la cerámica, los talleres eran más grandes y algunos contaban con más de cien artesanos y obreros.
El comercio se intensificó en el Imperio gracias a la puesta en explotación y al aumento de la producción provincial, al desarrollo del transporte marítimo y a la red de calzadas.
Los intercambios eran numerosos entre Italia y las provincias, e incluso entre estas. Y no solo el comercio interrregional se centraba en productos de lujo. Los productos más importantes objeto de comercio eran: vidrio, vajillas y objetos de cerámica, utensilios de bronce, vino, aceite, trigo, esclavos...
Además existia un importante comercio fuera de los límites del Imperio. A destacar las importaciones de Asia (Arabia, India y China), de donde se traían especias (pimienta), sustancias aromáticas, piedras preciosas y tejidos finos (musalinas indias). También, aunque con carácter más casual tuvieron relaciones comerciales al sur del mar Rojo en la costa de África. Algo más frecuente fue el comercio con los pueblos septentrionales de Europa (pieles, ámbar).
La sociedad romana se fue transformando a lo largo del tiempo, pero siempre se fue desigual y esclavista.
Durante la República la sociedad romana estaba dividida en dos grupos de ciudadanos, con diferente origen: los patricios y los plebeyos.
Los extranjeros, incluso los de ciudades sometidas por Roma, y las mujeres (ya fueran patricias o plebeyas) eran considerados no ciudadanos, no podían participar en la vida política.
Además, como la gran mayoría de las civilizaciones antiguas, la romana era una sociedad esclavista. Los esclavos eran prisoneros de guerra o hijos de esclavos. Se consideraban propiedad de su dueño y caracían de derechos. Sin embargo, podían comprar su libertad o ser manumitidos Manumisión era el proceso de liberar a un esclavo. por sus dueños y pasaban a ser libertosNo eran totalmente libres sino que mantenían ciertos lazos de dependencía de su antiguo amo..
En los inicios de la República los esclavos se usaban solo en las granjas, pero las guerras de conquista supusieron un aumento espectacular del número de esclavos. En el siglo I a. C. el servico doméstico, el trabajo manual, las actividades comerciales, e incluso los trabajos cualificados estaban en manos de esclavos y libertos.
Durante el Alto Imperio se produce la ampliación del derecho de ciudadanía entre los provinciales. Se va produciendo un cambio en la sociedad y los antiguos ordenes pierden protagonismo ante nuevas clases sociales.
En el Bajo Imperio, el trabajo esclavo entra en crisis por la disminución del aprovisionamiento con el fin de las conquistas, al miedo a las sublevaciones y a la influencia del cristianismo. Los propietarios ya en el siglo II comenzaron a liberar a los esclavos y les entregaron una parcela de tierra a cambio de una parte de la producción. Esto se aceleró en el siglo III. Campesinos libres que no podían pagar sus impuestos y habitantes de las ciudades que se transladaban al campo en busca de sustento, se pusieron bajo la protección de los grandes propietarios y se convirtieron en colonos, que cultivaban una parcela a cambio de parte de la cosecha.
Con la ruralización y la extensión del colonato sueguió una solciedad más polarizada. La nueva clase poderosa eran los grandes terratenientes, que además de tierras disponían de ejércitos privados para su protección, y por debajo de ellos estaban los campesinos libres empobrecidos, los colonos y los esclavos.
En el Imperio Romano las ciudades tuvieron gran protagonismo. Roma llegó a tener más de un millón de habitantes. A lo largo del Imperio las ciudades(unas antiguas y otras nuevas) fueron el centro político, económico y cultural.
Las ciudades de nueva fundación tenían una estructura en cuadrícula basada en los campamentos militares. Estaban rodeadas de murallas, se organizaban a partir de dos calles, el cardo y el decumano, y en su intersección se situaba el foroEl foro era un espacio público con funciones comerciales, financieras, religiosas, administrativas y económicas, además de ser el lugar donde los ciudadanos romanos realizaban comúnmente su vida social., donde se encontraban los principales edicificos públicos: el Templo, la Curia La Curia era el lugar de reunión del Senado municipal y la Basílica La basílica romana tuvo múltiples usos, dedicándose a mercado, lugar de transacciones financieras, culto o, más ordinariamente, a la administración de justicia; también se utilizaba como lugar de reunión de los ciudadanos para tratar asuntos comunes. (ver video).Video de Youtube: Decumanus de Carthago Nova
El tamaño y la calidad de las viviendas dependía del nivel de riqueza de los romanos. Los más adinerados disponían de viviendas individuales llamadas domus y los más humildes vivían de alquiler en edificios de varios pisos llamados insulae.Video de Youtube: reproducción de una ínsula de la ciudad de Bílbilis
La casa romana (domus) se organizaba al rededor de dos zonas: el Atrium, o patío interior, con un apertura para recoger el agua de lluvia en una cisterna, y el Peristilo o jardín porticado, al que se abren las habitaciones de la casa. También puede disponer de habitaciones abiertas al exterior y sin comunicación con el interior dedicadas a tiendas.
El centro de la vida de la ciudad estaba en el Foro con sus mercados y los pórticos para resguardarse del calor o la lluvía, donde se compraba, se cerraban negocios, se realizaban gestiones administrativas o se visitaba el templo.
Cerca estaban las termas o baños públicos, que eran mucho más que un centro de higiene: con sus gimnasios, bibliotecas, saunas y jardines, las termas eran los grandes centros de ocio de la ciudad romana.
Además una ciudad no estaba completa sin su teatro, su anfiteatro para gladiadores y su circo para las carreras de carros. Las luchas de gladiadores, que durante la República habían tenido un carácter ritual, se convirtieron en el Imperio en espectáculos de masas, sufragados por magistrados o el propio emperador. Los gladiadores y los aurigas Un auriga era, generalmente, un esclavo que condicía la llamada biga, vehículo ligero tirado por dos caballo, se hicieron muy populares, aunténticas estrellas. Los espectáculos eran gratuitos, financiados por el municipio o algún magistrado.
Además de estos espectáculos públicos, era frecuente que en las casas de los ricos, a la hora de la cena (la comida más importante del día) se celebrasen banquetes con invitados y amenizados por música y danzas.
La alimentación dependía naturalmente de la situación económica.
Se tomaba un desayuno al salir el sol que solía consistir en pan seco o mojado en vino, y a veces se añadía pasas, olivas o queso.
El almuerzo se hacia a las once y era una comida fria con pan, ensalada, olivas, queso, frutas, nyeces y carne fria. No era muy elaborada.
La comida principal era la cena a media tarde y para las personas con cierto estatus social era el acto de relaciones sociales más importante. Las cenas eran tan elaboradas como permitieran las posibilidades.
La ropa de los romanos fue muy sencilla. Consistía en dos o tres prendas, además del calzado. Estas prendas variaron en material, estilo y nombre pero apenas cambiaron durante toda la historia de Roma.
Aunque en épca romana las ciudades eran el centro de la vida económica la mayoría de la población se dedicaba a la agricultura y vivia en el campo.
La tierras eran de pequeños propietarios libres , que scaban los justo para subsistir; o de grandes propietarios que explotaban sus tierras con esclavos y, desde el siglo II, por colonos. campesinos libres que cultivaban tierras cedidas por un gran propietario a cambio de una cantidad de dinero o una parte de la cosechaEl centro de estas grandes propiedades era la villa.
La villa estaba formada por las dependencias de trabajo y la vivienda del propietario.
Había establos, talleres, graneros, bodegas, dormitorios de los esclavos, almacenes para las herramientas y los productos agrícolas....
La casa dependía de las posibilidades del propietario. En algunos casos imitaba las mansiones de la ciudad y disponían de sus propias termas.
La religión romana consistía en un conjunto de cultos, especialmente de dos clases: privados (doméstico) y públicos (relacionados con el Estado). Los romanos eran politeístas y asimilaron numerosas religiones y dioses extranjeros.
En cada familia se rendía culto a los dioses y espíritus protectores de la familia:
- Los lares eran dioses protectores de las familias, las casas y los campos.
- Los manes, protegían a los antepasados.
- Los penates eran los protectores de los alimentos y del fuego doméstico.
En las casas romanas había un pequeño santuario, llamado lararium, en el que el pater familias dirigía las ceremonias y ofrendas.
Los romanos acudían a los templos a ofrecer plegarias para solicitar algún favor a los dioses. Los gobernantes también ofrecían sacrificios y ofrendas a los dioses capitolinos, presididos por Júpiter, Juno y Minerva, en nombre del Estado o la ciudad.
Estos rituales los preparaban los sacerdotes o pontífices, organizados en colegios especializados. El más importante era el pontífice máximo, que tenía una gran influencia. Los sacerdotes no formaban una casta aparte, eran ciudadanos, generalmente políticos o militares, que ejercían esta función como parte de su carrera política.
Algunos sacerdotes estaban especializados en adivinar el futuro, eran los augures. Antes de tomar una decisión o emprender una empresa importante (por ejemplo una batalla), se consultaba al augur.
También había sacerdotisas, las vestales, elegidas entre las hijas de las familias más ricas e influyentes. Su deber era mantener encendido el fuego sagrado del altar de la diosa vesta.
Los romanos dejaron una herencia cultural que en muchos aspectos ha llegado a nuestros días.
La cultura romana fue el resultado de elementos procedentes de civilizaciones como Grecia, Egipto o Mesopotámia que los romanos hicieron suyas y que transmitieron gracias a la difusión del Latín como lengua común de todos los habitantes del Imperio.