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"La adoración de los pastores" de MURILLO

J. Enrique Peláez

La adoración de Murillo

Ficha técnica:

Título: La Adoración de los pastores

Autor: Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617 – 3 de abril de 1682)

Estilo: Barroco

Fecha: 1668

Localización: Museo de Bellas Artes de Sevilla

Datos técnicos: Óleo sobre lienzo, 282 x 188 cm.

 

Descripción:

         En el cuadro aparece la escena de un Nacimiento en donde Jesús rodeado de su familia recibe la adoración de unos pastores a la hora de nacer. El conjunto se complementa con una parte celestial en donde unos ángeles observan el acontecimiento.

Análisis formal de la obra:

         En la obra podemos observar las siguientes características formales que la sitúan como obra barroca:

Contextualización de la obra en la producción artística del pintor:

         Como características propias del pintor podríamos hablar de la importancia de la anécdota (pastores con su forma de vestir, tipos de edades, sexos, e incluso los detalles en las ropas y pelos).

          La obra se encuadra en una etapa de madurez del pintor en donde trata de desarrollar todos los conocimientos adquiridos.

 Análisis iconográfico de la obra:

         La obra conforme a la tradición pictórica del Nacimiento que sigue la descripción facilitada en el Evangelio[1], nos representa el Nacimiento de Cristo en un pesebre (pobreza y renuncia a los bienes materiales) junto a su Madre con la tradicional ropa roja (copartícipe de la Pasión de su hijo) y manto azul (la esperanza en el cielo) y su padre putativo representado como un anciano (circunstancia de la que no se tiene constancia pero que se quiere  así hacer hincapié en la virginidad de María), rodeados por unos pastores (mujer, viejo, joven, niño, es decir todas las edades, todos los sexos: Toda la humanidad va a adorar el Nacimiento de Dios) que le adoran y traen presentes (la caridad y el reconocimiento de la divinidad del nacido) y unos animales, el buey en este caso, siguiendo de esta manera una tradición que surge en los relatos apócrifos de la infancia de Jesús, y un gallo y un cordero, el primero se constituiría en símbolo del animal que canta a la salida de un dios (en este caso en lugar de ser Helios representado por el sol es Cristo), el segundo, el cordero como símbolo eucarístico de la razón de ser de este Nacimiento. La escena se complementa con un pequeño “rompimiento” en el que unos querubines adoran la escena divina, tal es su función como hemos explicado en el comentario de la primera obra.

         La escena se sitúa en una dentro de una construcción pobre y derruida inserta en un fondo oscuro e indeterminado que realza el tono intimista de lo representado.

Significación iconológica de la obra:

         Como obra barroca que es, trata un tema religioso por excelencia, a través del cual se pueden llegar a descubrir una serie de valores religiosos como la pobreza, la caridad, la adoración de Dios, la humildad o la familia y otros valores dogmáticos como el Nacimiento de Cristo, la Divinidad de su persona (atestiguada por los ángeles que dan fe de esta manera de su doble naturaleza encerrada en una misma persona) o la Virginidad de su Madre, todo ello por medio de unos valores plásticos que tratan de conmover.

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[1] Lc, II, 7 y ss.